Las piñatas tienen su origen en la cultura China. Estas utilizadas durante las celebraciones del año nuevo chino, tradicionalmente en forma de buey o vaca, a base de papeles de colores, eran rellenados con semillas, de acuerdo con la Fundación Casa de México en España .
Los mandarines eran quienes las rompían a palazos durante el Año Nuevo chino, celebrado a principios de la primavera. Al romperse la piñata se le prendía fuego con el fin de que las cenizas fueran paleadas por el resto de la gente, ya que esto se consideraba de buena suerte.
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La tradición fue difundida en Italia por Marco Polo, quien, en su libro II millione, retrató su experiencia en una celebración de Año Nuevo chino en dónde se había roto la figura de un buey. En Italia fue donde adoptó el nombre de pignatas y fue desde donde se difundió al resto de Europa.
Esta tradición también llegó a España y como consecuencia a México. Al igual que los nacimientos, las piñatas fueron utilizadas como medios de evangelización con las poblaciones indígenas.
Sin embargo, de acuerdo con algunas investigaciones, se tienen indicios de que en Mesoamérica, específicamente en la cultura maya y mexica, existía algo parecido.