“Es difícil saber qué es lo que está pasando. No solo ocurre en este caso, hay montones de personas en prisión que son inocentes”, dice Hernández, al referirse a la realidad mostrada en esta producción disponible en Netflix a partir de este 23 de noviembre .
“¿Por qué el sistema está aplicando violencia ilegal y por qué está manipulando los casos para generar una apariencia de eficacia? Nadie gana cuando eso sucede, todos perdemos cuando las instituciones operan de esta manera”, advierte.
Años después del estreno de Presunto culpable –otro documental acerca de este problema–, Hernández se encontró con la historia de Héctor Muñoz, Juan Luis López, Gonzalo García y Darwin Morales mientras realizaba una investigación en un penal de Tabasco. Ahí, los cuatro le contaron sobre las circunstancias en las que habían sido detenidos, en principio acusados del secuestro de una mujer únicamente identificada como “GLP”, y le pidieron ayuda para su defensa legal.
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Hernández no tomó el caso, pero sí decidió empezar a documentarlo y ayudó a los acusados a encontrar un abogado. Este fue Andrés Andrade Téllez, un exfuncionario de la Fiscalía General de Tabasco que conocía la institución y que dio esperanzas a los detenidos y a sus familias sobre la posibilidad de que pudieran salir de prisión, según lo relatan ellos mismos en la serie de cuatro capítulos.
Conforme transcurrió el proceso, ese deseo de abandonar la cárcel sí se hizo realidad para Darwin Morales —puesto que la defensa sustentó que el día de los hechos denunciados estaba en otro lugar—, aunque no ocurrió así para Héctor Muñoz, Juan Luis López y Gonzalo García. Ellos tres libraron una primera acusación de secuestro en agravio de “GLP”, mas no otra por tentativa de secuestro que presentó el hermano de la víctima, un hombre solamente identificado como “ACP”.
