La activista enfatizó que el reclutamiento de menores no puede considerarse como un tipo de trata o trabajo infantil, porque esto invisibilizaría aún más el problema. "El trabajo es un derecho, el reclutamiento es un delito", dijo.
Rivas indicó que no solo los grandes cárteles utilizan a los menores; también están familias delictivas, pandillas en colonias y grupos pequeños.
"Para ellos, los menores son carne de de cañón que fácilmente son repuestos en caso de que sean detenidos o asesinados", declaró.
Asimismo, enfatizó que no existe un solo tipo de reclutamiento: puede ser desde actividades de secuestro, narcotráfico o extorsión. Es decir, los menores no son solo 'halcones', sino que se les capacita para participar en toda la actividad criminal.
Rivas expuso que para proteger al sector es urgente crear una base de datos oficial sobre los menores reclutados (actualmente no existe), así como hacer frente a la situación general de la violencia en el país y la implementación de políticas públicas específicas.
De acuerdo con otro informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), del total de adolescentes en centros de detención, el 35% señaló que formaba parte de un grupo de la delincuencia, mientras que 27% dijo haber cometido algún delito en asociación con la pandilla de la que formaba parte.
La vinculación a un grupo delincuencial es, en ocasiones, la única forma que tienen los menores para salir de un contexto de marginación social y económica".
Francisco Rivas, del ONC