Los domingos y lunes los casos de COVID-19 reportados en el país presentan una disminución, aunque el registro de los días previos (de martes a sábado) haya sido elevado.
Esto sucedió por ejemplo del 8 al 14 de agosto. El domingo 8 se registraron 7,673 casos y 6,513 al día siguiente (9 de agosto). Posteriormente, del 10 al 14 de este mes, los contagios rondaron los 20,000 por día, pero para el domingo 15 de agosto bajaron de nuevo hasta 9,295.
Estas curvas semanales se deben a cuestiones laborales, más que a una tendencia epidemiológica. Los sábados y domingos son los días más comunes de descanso entre los trabajadores, por eso en esos días las cifras se rezagan.
#ÚltimaHora En México se reportan 7,172 nuevos casos de #COVID-19 y 272 decesos al inicio de la semana. https://t.co/HC2UPedMhg pic.twitter.com/aVXyylOB3e
— Expansión Política (@ExpPolitica) August 16, 2021
Esta disminución se ha presentado desde el 2020. En su momento, José Luis Alomía, exdirector de Epidemiología, explicó lo siguiente:
“Recordemos que hoy es lunes, ayer fue domingo, por lo tanto siempre sabemos que durante el fin de semana, sobre todo los domingos, puede disminuir un poco la demanda de atención médica, así también en su momento la emisión de resultados”, dijo en la conferencia del 11 de mayo de 2020.
“Estamos en martes, que sabemos que es cuando se recupera un poco este número en función del fin de semana. Vamos a ver cómo el miércoles, el jueves, el viernes, se comporta. Eso nos dará una mejor tendencia de cómo se está manifestando esta curva", dijo el 2 de junio del año pasado.
Xavier Tello, consultor y analista en políticas de Salud, también coincide:
“Algunos involucrados en el envío de casos y los registros no trabajan en fin de semana, y eso se refleja en los números bajos”, dijo a Expansión Política.
Aunque este atraso se ve en las cifras semanales, el tiempo que tardan en darse los registros oficiales es a veces más largo: los datos del Comunicado Técnico de la Secretaría de Salud se publican todos los días, pero eso no significa que los contagios hayan ocurrido durante las 24 horas anteriores.
El registro de un caso puede tardar horas o días, según la toma de muestra y el tiempo en que se tarden en llegar los resultados, tomando en cuenta dónde se hacen y a qué distancia se encuentra el laboratorio. En el caso de las defunciones, el proceso puede ser aún más largo.
Jorge Andrés Castañeda y Sebastián Garrido han analizado los datos que se informan en los comunicados técnicos, en comparación con la base abierta. Los analistas encontraron que un mismo día puede tener tres registros distintos.
Para explicarlo, tomaron como ejemplo el 24 de abril del año pasado. Ese día la diferencia entre los fallecimientos era de 152 personas, y se entendería que esa cantidad murió en 24 horas, pero al revisar la base de datos de la Dirección General de Epidemiología, en el rubro “fecha de defunción”, solo aparecían tres registros. Si se registraba días después, la cifra cambiaba a 138.
Esto se debe a la actualización que se hace de los registros de defunción, los cuales pueden tardar varios días después de que ocurrió el deceso, por lo que se refleja hasta que se hace ese proceso y no cuando sucedió. En algunos estados esto es más rápido que en otros.
“La cifra publicada el día anterior no debe ser interpretada como el incremento diario en el número de muertes, sino como el resultado de la actualización del registro de fallecimientos diarios en un período que puede abarcar, al menos, las tres semanas previas”, publicaron los analistas en el texto ¿Cómo entender los datos de defunciones por COVID-19 en México?
