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Trabajo en casa y empresas alejan a 21.6 millones de mujeres del mercado laboral

Exclusión por millones: en México, 16.9 millones de mujeres están atadas a tareas domésticas sin remuneración económica; otros 4.6 millones de mujeres buscan pero no son contratadas.
mar 27 julio 2021 06:06 AM
mujeres trabajo doméstico
En México, las mujeres destinan 48.8 horas semanales a las labores del hogar sin remuneración económica; los hombres solo se dedican 16.8 horas semanales.

Poco antes de la llegada del COVID-19 a México, Patricia González dejó su trabajo en una estancia infantil del ISSSTE, donde laboró por más de 30 años. Si bien ya alcanzaba la jubilación, la principal razón por la que tomó esta decisión era hacerse cargo de los cuidados de su mamá, doña Ernestina, de 83 años de edad.

Una vez que la pandemia golpeó a la economía familiar —pues la jubilación aún no estaba resuelta—, Patricia intentó reincorporarse al mercado laboral, pero le ha resultado imposible.

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"Si yo salgo a buscar trabajo y encuentro, ¿quién cuida de mi mamá? Todos mis hermanos están ocupados en sus trabajos o con sus familias, unos viven lejos y les es imposible venir. Además, tengo 57 años, ¿quién me va a querer contratar?", dice en entrevista.

Patricia es una de las 16.9 millones de mujeres en México, en edad laboral, que ni siquiera tienen oportunidad de salir a buscar trabajo por estar atadas a tareas del hogar o de cuidados sin remuneración económica.

La organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza reporta que en México hay un total de 21.6 millones de mujeres excluidas del mercado laboral, y en la mayoría de los casos no es por la situación de desempleo, sino porque se dedican a labores domésticas.

En entrevista con Expansión Política, Carmen Ponce, economista especializada en género, menciona que, según datos del INEGI, el trabajo doméstico no remunerado, que en su mayoría realizan las mujeres, genera hasta 5.5 billones de pesos en la economía nacional.

"El problema es que esta carga de trabajo no les permite acceder ni buenos niveles de educación ni a mercado laboral. El otro elemento (de la exclusión laboral) es que muchas empresas le niegan el empleo a las mujeres embarazadas o las despiden", señala.

Los quehaceres del hogar sin remuneración económica aumentaron en la pandemia, debido a las medidas de confinamiento y los despidos en los centros de trabajo, pero el problema viene de años atrás y es estructural.

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"México tiene una baja participación (de mujeres en el mercado laboral), principalmente por razones estructurales, del patriarcado, y porque no contamos con una oferta de servicios de cuidados que permita que las mujeres puedan tener a sus hijos en lugares seguros mientras ellas salen a trabajar", señala Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

El sociólogo de la UNAM puntualiza que el problema de la exclusión laboral de las mujeres es tan estructural que afecta por igual a la región sur del país como a la norte.

En este sentido, señala que todas las entidades se encuentran en semáforo rojo, con variaciones solo por décimas, pero destacan los estados de:

  • Sinaloa, con el 99.1% de mujeres no disponibles para trabajar por atender labores domésticas y de cuidados.
  • Chiapas, con el 99%.
  • Puebla, con el 98.2%.
  • Colima, con 97.7%.

La falta de un sistema de cuidados

En noviembre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó reformas a los artículos 4 y 73 de la Constitución en materia de sistema de cuidados, para establecer la corresponsabilidad entre mujeres y hombres.

En el documento, que está congelado en el Senado de la República, se cita que el 90% de las tareas de cuidado, domésticas y de crianza recaen sin paga en las mujeres.

Muchas mujeres están impedidas de salir a trabajar por falta de escuelas de tiempo completo y estancias infantiles.
Rogelio Gómez Hermosillo

Rogelio Gómez y Carmen Ponce coinciden en que para eliminar la barrera laboral de las mujeres a causa de las labores domésticas es urgente la creación de un sistema nacional de cuidados, estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, pero sobre todo que las políticas públicas se lleven a la práctica y que haya más presupuesto.

"Un sistema nacional de cuidados funcionando permitiría cerrar la brecha, o por lo menos no ser de los peores países de América Latina, y después de algunos años (la situación laboral para las mujeres) se consolidaría y (México) podría llegar a niveles de países más desarrollados, como los europeos", expone el activista.

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"También se requieren casas de cuidado para los adultos mayores, comedores familiares, lavanderías públicas y una intensiva campaña nacional invitando a que los hombres y los miembros de la familia en general, ya sean hijas o hijos, participen en forma igualitaria en los trabajos domésticos", agrega Carmen Ponce.

¿Cuándo empezar para lograr romper esa barrera? "Ahorita, es algo ahorita ya debería de iniciar, porque si no se hace en estos momentos no acabará la violación al derecho de las mujeres a incorporarse al mercado laboral", enfatiza la economista.

La desigualdad laboral

En su más reciente informe , Acción Ciudadana también indica que del total de mujeres excluidas, solo 4.6 millones se ven afectadas directamente por el desempleo.

Estas cifras muestran una desproporción en comparación a la de hombres, pues mientras la tasa de desempleo de mujeres es de 17.5%, en hombres apenas es del 8.5%.

Y las mujeres que logran romper la barrera de la exclusión y acceden a un trabajo formal —solo 47% de la población femenina en México—, tienen condiciones precarias: siete de cada 10 no perciben un sueldo para adquirir por lo menos una canasta básica.

Incluso, el 61% de las mujeres en el mercado laboral no cuentan con seguro social, 32% no tiene prestaciones, 52% trabaja sin contrato estable y 93% no tiene respaldo sindical.

Además, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de más de 600 pesos. Mientras los primeros perciben como mínimo 6,140 pesos mensuales, las mujeres ganan 5,472 pesos por las mismas jornadas de trabajo.

Es decir, destaca Acción Ciudadana, que para alcanzar el promedio de ingreso de un hombre, una mujer tendría que trabajar meses de 34 días o años de 13.5 meses, y la brecha se hace más grande según el sector laboral.

Pero la carga de trabajo para las mujeres empleadas no termina en las oficinas o fábricas, pues destinan hasta 48.8 horas semanales a las labores del hogar, esto, una vez más, sin remuneración económica.

La disparidad vuelve a ser evidente, pues en el caso de los hombres que laboran solo destinan 16.8 horas semanales a las tareas domésticas. Es decir, las mujeres empleadas, dedican una jornada completa adicional a labores de cuidado y domésticas.

"Todo esto es una brecha enorme, y es producto de una división sexual del trabajo. Seguimos en una cultura patriarcal y machista: a las mujeres les toca lavar los platos y a los hombres nos corresponde que nos sirvan en la mesa", expresa Carmen Ponce.

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