El gobierno de México anunció el 14 de febrero el arranque de la segunda fase de vacunación contra COVID-19 dirigida a adultos mayores de 60 años, estimados en 15.7 millones de personas.
“Ofrecimos que íbamos a vacunar a los adultos mayores aun con una dosis y cumplimos”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a que poco más de 11 millones son quienes han recibido al menos una inyección.
A 73 días del arranque de la vacunación a adultos mayores, 4 millones 803,383 cuentan con la prescripción completa de su vacunación y 5 millones 837,686 tienen al menos una dosis. El desfase se debe, según expuso el Ejecutivo, se debe a que “hay quienes no han querido vacunarse” y los van a convencer. Estos serían alrededor de 4 millones.
Para este sector de la población, se han destinado vacunas de Pfizer, Sinovac, Sputnik V y AstraZeneca, sobre ésta última surgieron dudas al señalar que en otros países había sido cancelada su aplicación por su posible relación con efectos adversos de trombosis. Especialistas exponen que es mayor el efecto negativo de no vacunarse, que de hacerlo.
“Recientemente, se han encontrado trombosis asociados a senos venosos (…) cuántos, no hay todavía acuerdo, si así fuera, sería uno de estos eventos entres 250,000 o 500,000 aplicaciones de vacuna (…) un millón de vacunas pueden salvar cientos y cientos de vidas y enfermedades graves y hospitalizaciones”, explicó Alejandro Macías, quien estuvo en la atención de la epidemia de influenza AH1N1 de 2009.
Al respecto, las autoridades explicaron que las vacunas son seguras y han recomendado su administración. A la fecha, se han registrado 16,561 casos de Eventos supuestamente atribuibles a la vacunación (ESAVIS), pese a que muchas personas desconocen cómo reportar reacciones tras la vacunación y algunos no lo han hecho.