“No vamos a tener otra sociedad el 6 de junio, pero los políticos tienen claro que es un tipo de conducta en la que, si incurren, tendrán costos y eso es bueno”, remarcó.
Hernández Carballido, profesora del Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y experta en estudios de género, remarcó que en otras épocas este tipo de conductas se ocultaba o eran vistas como algo común, gracioso o simpático pues formaban parte de la tradición machista.
En estos últimos años, dijo, estas situaciones de acoso y hostigamiento han sido mucho mejor identificadas, se les pone nombre y están logrando tener fuerza, presencia y a su vez, se han convertido en advertencia para que no se repitan.
La investigadora continuó: “Incluso pese a esa mirada de denuncia y de señalamiento a veces parece que se multiplican … debemos insistir en que esto debe tener más atención y cuidado, tiene que haber señalamientos más claros y un castigo más 'real' para que los hombres que fomentan este tipo de agresiones tengan el cuidado, prudencia y verdadera comprensión de que esto no se puede repetir”.
Un asunto legítimo con riesgo de guerra sucia
Hernández Carballido advirtió que el juego político también es sucio y que en algunas ocasiones, hay aprovechamiento de la coyuntura social.
”Ahora puedes señalar y denunciar a algún hombre sin saber realmente si eso está ocurriendo. Son situaciones muy complejas porque decir 'yo te creo', tiene que ser una fortaleza, no puedes inventar situaciones así, pero en un juego tan sucio como la política, de pronto se puede prestar al desprestigio fácil", advirtió.
Aunque resaltó que por ello, los candidatos señalados deben recurrir a las pruebas para demostrar que las acusaciones no son ciertas.
“Cuando no hay ninguna respuesta de quien fue señalado como agresor o se esconde, ahí entran los cuestionamientos y también lo debemos advertir, pero si no es cierto pues simplemente que se demuestre con pruebas y que el asunto quede claro”, insistió Hernández Carballido.