Del 18 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer fallecido por el virus SARS-CoV-2, a este domingo 28 de marzo, un año con 10 días después, México ha reportado de manera oficial 201,623 decesos acumulados, que significan 537 en promedio por día por esta enfermedad.
No obstante, cuando se esperaba que ocurrieran 846,499 decesos por todas las causas del 20 de diciembre de 2019 (la semana epidemiológica 1 de 2020) al 13 de febrero, en realidad se contaron 1 millón 263,501, es decir, 417,002 extras (49.3% más de lo esperado). De ellas, se estima que 70.6% (294,287) está asociado a COVID-19.
"De las 417,002 muertes en exceso, de esas, la Secretaría de Salud concluyó que el 70.6% se debían a COVID-19 porque, según parece, en las actas de defunción aparece algo relacionado con COVID-19, algo que pudiera atribuirse a COVID, y las demás no", explica Rafael Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Para el médico inmunólogo y académico, la cifra importante son los 417,002 fallecidos, ya que, aunque no todas las muertes se pueden atribuir directamente a COVID-19, las 122,715 restantes son muertes en exceso de otras causas, pero también relacionadas con la pandemia.
"La gente no se fue a atender por miedo o en el hospital donde la atendían, ya no fue así porque lo reconvirtieron a COVID o perdieron el empleo y su seguro y ya no pudieron seguir con el tratamiento, pero el chiste es que hay 417,000 muertes en exceso (…) que de alguna u otra manera tienen que ver con la pandemia", afirma el investigador.
Esas son muertes en exceso que se detectaron, hay cálculos de matemáticos que calculan alrededor de medio millón".
Rafael Bojalil, académico de la UAM