Las muertes estimadas
Los casi 200,000 decesos registrados en un año de pandemia en el país no son definitivos. Tan solo en el más reciente informe de la Secretaría de Salud, se estiman a la fecha 216,501 defunciones, en tanto que el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) contabiliza 262,322 defunciones contando los que dieron negativo, pero con alguna Enfermedad Respiratoria Viral (ERV) y a quienes aún no tienen resultado.
Desde mediados del año pasado, surgieron cuestionamientos sobre cuántas personas estaban muriendo en realidad por COVID-19, ya que había cifras de los registros de defunción que no estaban siendo contabilizadas por la Secretaría de Salud. Al respecto, desde mayo, se formó un grupo interdisciplinario para analizar los decesos.
Al cierre de 2020, autoridades sanitarias han estimado el exceso de mortalidad durante el primer año de la pandemia en 45%, lo que significa que de los 723,773 decesos esperados, ocurrieron en realidad 1 millón 50,383, es decir hubo 326,610 no esperados que pueden atribuirse directa o indirectamente a COVID-19. De esa cifra, solo 125,485 contaban con un resultado positivo a SARS-CoV-2.
El exceso de mortalidad por todas las causas empezó a observarse a partir de la semana epidemiológica 13 (22 al 28 de marzo), con un aumento continuo hasta la semana 21 (17 al 23 de mayo), siendo el punto más alto en la semana 28 (5 al 11 de julio) con 98.0% de exceso de mortalidad por todas las causas.