El avión presidencial que adquirió el expresidente Felipe Calderón y que tuvo sus primeros vuelos en el gobierno de Enrique Peña Nieto fue enviado por López Obrador a Victorville, Estados Unidos para su mantenimiento y preservación, lo cual tuvo un costo de 1.7 millones de dólares (alrededor de 34 millones de pesos).
Luego de 19 meses en ese país, el avión considerado como “faraónico” por López Obrador regresó a México y quedó bajo resguardo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Un mes después de tocar tierra mexicana, la Sedena firmó el convenio con Boeing para la actualización y mantenimiento de la aeronave.
Si bien, por meses se rehusó a subir al avión presidencial, el 24 de agosto el presidente lo hizo para grabar un video en el que promocionaba la rifa alusiva a él y que tuvo 100 premios de 20 millones de pesos.
Por más de 26 meses, el presidente López Obrador ha buscado vender el Boeing Dreamliner pero hasta ahora no lo ha conseguido, por lo que informó hace unos días que se reunió con algunos empresarios a fin de convocarlos a adquirir la aeronave.
“Estoy buscando convencer a empresarios que tienen posibilidades económicas para que hagan un grupo, una sociedad y se queden con el avión presidencial, porque nos ha costado trabajo venderlo; y me cuesta trabajo también convencerlos, porque ya nadie quiere, como se dice coloquialmente, tirar aceite, andar ahí de presumido”, dijo el mandatario el pasado 9 de febrero.
Hasta ahora, el gobierno federal, además del costo del avión presidencial, ha pagado más de 420 millones de pesos que se desglosan de esta forma:
-34 millones de pesos para el mantenimiento en Estados Unidos.
-286 millones de pesos para la organización de una rifa.
-99 millones 999,198 depesos para la operación del avión desde que regresó a México.
- 1 millón 945,180 de pesos como parte del contrato con Boeing Company para el servicio de actualización, administración y encriptado de software.