“Ese día supimos que quien manda en Sinaloa es el narco y hoy sabemos que lo que sucedió ese 17 de octubre puede volver a suceder en cualquier momento si al crimen organizado le pega la gana”, asegura Kevin, un reportero de nota roja local.
Ese día, Kevin estuvo en la zona cero del conflicto, hasta donde llegó una gran parte de los más de 300 sicarios que el Cártel de Sinaloa movilizó para liberar a Ovidio Guzmán. Un año después recuerda cómo en busca de la noticia buscó refugio en la Fiscalía de Sinaloa y tuvo que caminar sobre decenas de casquillos.
Así fue la captura de Ovidio Guzmán
Miriam Ramírez, coordinadora de la campaña #JuevesNegroNuncaMás, está convencida de que, si siguen prevaleciendo las mismas condiciones de inseguridad en Sinaloa, esto puede volver a ocurrir.
“No tenemos ninguna duda de que en cualquier momento se puede volver a repetir una situación de esa magnitud, pues el poder que tiene el crimen organizado quedó demostrado y la incapacidad de las autoridades locales también quedó demostrada”, dijo.
Miriam considera que la mayor lección del "jueves negro" ha sido terminar con “la idea romántica de que el crimen organizado en Sinaloa era bueno, que era el bandido noble que ayuda a las comunidades, que da empleo o que genera bienestar”.
Sobre las investigaciones del caso, Miriam dice que ha pasado un año sin rendición de cuentas de las autoridades locales. "Nos han hecho sentir que se han deslindado totalmente del tema”, lamentó.
Esta misma semana, el fiscal general de Sinaloa, Juan José Ríos, recordó a medios que quien se encarga de las investigaciones es la Fiscalía General de la República.