“¿Quién fue el arquitecto de ese fraude electoral en Chihuahua? El secretario de Gobernación. ¿Y quién era el secretario de Gobernación en el 86? Era Manuel Bartlett. ¿Y dónde andaba López Obrador en ese momento? En el PRI. Calladito como momia. Era un distinguido priista del estado de Tabasco”, apunta Anaya.
Anaya asegura que por este hecho que López Obrador desprecia a Chihuahua y a su gobernador, “porque le acompleja recordar una lucha a favor de la democracia, la de Chihuahua 86, en la que ni él ni los suyos, tuvieron los arrestos para participar”.
Respecto a las elecciones presidenciales de 1988, en la que contendieron Carlos Salinas de Gortari (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (Frente Democrático Nacional) y Manuel Clouthier (PAN), Anaya apuntó que “por increíble que parezca” y pese al fraude que en esas elecciones se perpetró para hacer ganador al candidato del PRI, “López Obrador se quedó en el PRI”.
“Ya después, cuando no le dieron –a AMLO– la candidatura que él quería, entonces sí se salió del PRI”, acusó Anaya.
Por ello sentenció, “es ahora o nunca: toca defender nuestra democracia”.
Este mensaje de Anaya se da después de anunciar su regreso en medio de que se diera a conocer que se sigue una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda por, presuntamente, haber recibido casi 7 millones de pesos de sobornos por parte de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex.
Politólogos consultados por Expansión Política consideran que el retorno del llamado “chico maravilla” a la escena pública podría "oxigenar" la vida política de México, e incluso reconocen que Anaya podría lograr ser el personaje que encarne el contrapeso a López Obrador, pero su reto es lograr aglutinar a la oposición y superar las acusaciones en su contra.
El regreso del excandidato presidencial de 41 años se da justo a nueve meses de que se realicen las elecciones en las que se renovarán 15 gubernaturas y las 500 posiciones en Cámara de Diputados, espacio que se rumora sería el objetivo de Anaya.