Históricamente, la participación ciudadana en un proceso intermedio apenas supera el 40%, sin embargo, las elecciones del próximo año serán sui generis, pues además de votar para renovar la Cámara de Diputados, los ciudadanos de 15 estados lo harán para elegir a su próximo gobernador y en 30 entidades a sus legisladores federales, lo que podría ser atractivo para el electorado, aunque hay dos factores que podrían ser un obstáculo: la pandemia de coronavirus y la crisis económica.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova reconoció, en una plática virtual organizada por el Colegio de México, que la epidemia de COVID-19, puede tener efectos democráticos.
El gran desafío es cómo hacemos que una víctima más de la pandemia de COVID-19 no sea la democracia y no sean las elecciones”.
Un primer elemento que preocupa al INE es lograr la organización de las elecciones, sin poner en riesgo la salud de los y las ciudadanos en el desarrollo de las campañas electorales y de la propia jornada electoral.
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"No es posible asegurar que se eliminan las posibilidades de contagio al 100%, no sería responsable prometer eso, pero la ciudadanía debe saber que, hacemos todo lo posible para mitigar los riesgos", afirma José Roberto Ruiz, quien preside la Comisión de Capacitación y Organización Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE).
El consejero explica que, a raíz de la pandemia, las autoridades han tenido que repensar todo el proceso de organización de una elección, desde los trámites de la credencial para votar, la fiscalización de los partidos, la capacitación de los funcionarios de casilla, entre otras actividades, para que los ciudadanos puedan ejercer su voto con tranquilidad el primer domingo de junio.