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La Cruz Roja alerta de posible "cuello de botella" en la entrega de fallecidos

La organización señaló que esto podría ocurrir ante el aumento en los decesos por COVID-19. Por ello, urgió a que las autoridades garanticen el manejo digno de los cadáveres y atención a las familias.
mar 02 junio 2020 06:08 PM
Persona fallecida por COVID-19
Al corte de este lunes, México sumaba más de 10,000 fallecimientos a causa del nuevo coronavirus.

La Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central advirtió que, por el creciente número de fallecidos por COVID-19, es posible que se congestionen los hornos crematorios o que aumenten los tiempos para la inhumación en los cementerios.

"Ello podría generar un cuello de botella en los hospitales de cuerpos en espera a ser entregados a sus familiares", señaló en un comunicado, en el que enfatizó que es importante poner en marcha planes de emergencia para responder a esta posible situación de manera adecuada, asegurando el manejo digno de los restos y la protección de las personas fallecidas y de sus familias.

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Hasta el 1 de junio, en México se registraban 93,435 casos confirmados acumulados y 10,167 fallecimientos por este nuevo coronavirus, lo que plantea un reto para las autoridades respecto del manejo de los cuerpos de las personas fallecidas.

El comité señaló que la provisión de espacios adicionales adecuados para el resguardo temporal de cadáveres es trascendental en este tipo de situaciones.

La planificación y adopción de medidas para el manejo de un gran número de fallecidos es clave para evitar consecuencias humanitarias de grandes dimensiones, aseguró Olga Barragán, coordinadora forense para México del CICR.

Esta estrategia requiere el desarrollo de rutas, protocolos y planes de emergencia que aseguren el manejo interinstitucional coordinado de los cuerpos, así como la identificación de roles y responsabilidades; también, la provisión de espacios adecuados y dignos de custodia temporal de cadáveres, su identificación y notificación a los familiares, así como el resguardo y la centralización de la información.

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Recomendaciones para los decesos

La organización recomienda que las autoridades involucradas en el manejo de cadáveres garanticen además la disponibilidad de equipos de protección personal, material, equipamiento y capacitación, así como la adopción de prácticas que no comprometan la seguridad del personal encargado.

Además, garantizar la documentación necesaria y que los familiares sepan dónde se encuentran inhumados sus seres queridos.

El organismo recomienda una inhumación individualizada, el registro exacto del entierro y asegurar la rastreabilidad del cuerpo desde el fallecimiento hasta la disposición final.

Tomar estas medidas previene la desaparición de personas".

Barragán señaló que es importante garantizar los exámenes médico-legales en los casos que lo requieran.

"Los fallecidos por COVID-19 bajo circunstancias claras en sus casas o en hospitales no deben ser enviados a las morgues judiciales, a menos que requieran un examen médico-legal, sea por causa de muerte violenta, sospechosa, en custodia o para establecer la identidad", dijo.

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Los espacios para los duelos y los familiares

Una de las recomendaciones es ofrecer información a los familiares y asegurar que, según las normativas de cada país, se les permita ver a su ser querido y despedirlo en condiciones seguras, atendiendo el distanciamiento social estipulado por las autoridades.

Para el CICR, los espacios de despedida y duelo son importantes, y la forma en la que los familiares de los fallecidos puedan despedir a sus seres queridos tendrá un efecto duradero en las comunidades.

Por ello, plantea que las autoridades planifiquen la disposición final de los cadáveres atendiendo rituales funerarios, costumbres, particularidades culturales y las necesidades de los dolientes, sin poner en riesgo la salud de las familias ni de los responsables del manejo de los cuerpos.

"La muerte de personas cercanas impacta enormemente la vida de los que quedan, más aún si esta se produce en el marco de una dolorosa pandemia que no permite elaborar esa realidad de forma 'natural', como visitar al ser querido en el hospital, saber que él o ella se siente acompañado durante su enfermedad, tomar su mano al momento de su partida o despedirlo junto con familiares y amigos en el cementerio", dijo Barragán.

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