Los cambios previo al desconfinamiento
Posteriormente, el 23 de abril a un mes del inicio de las acciones de distanciamiento, en entrevista con Efe, López-Gatell estimó que habría entre 6,000 y 8,000 muertos durante este ciclo de contagios de COVID-19, y que el “pico máximo” de la epidemia se esperaba entre el 8 al 10 de mayo, con “miles” de nuevos casos a diario.
El funcionario reiteró que unos 250,000 mexicanos podrían enfermar y habría “muchísimos más infectados”, pero sin presentar síntomas. Para entonces, la vigilancia centinela ya contemplaba 55,951 casos de coronavirus, 8,8 veces más de los oficiales.
El 1 de mayo, en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario comentó que el momento cumbre de la epidemia sería el 6 de mayo, ya no entre el 8 y 10 de mayo, y luego empezaría a descender.
Pero esto, solo, si la gente se mantenía en casa. “Esto es importantísimo, porque si empezamos a salir de casa, esta predicción no se va a cumplir y, en cambio, vamos a tener un aumento en la curva epidémica”, aseguró.
El 5 de mayo, en la conferencia de informe diario de COVID-19, volvió a decir que la predicción es que el punto máximo se tendría el 8 de mayo, y enfatizó que sin intervenciones, este hubiera sido el 2 de abril.
Así, a unos días de iniciar la "nueva normalidad" tanto el presidente como el subsecretario han dicho que se "ha aplanado" la curva, aunque el 28 de mayo, volvió a decir que "no se ha llegado al punto de inflexión" a nivel nacional, cuando ya ciudades que van en descenso, pero algunos van en ascenso.