Los ingredientes de la crisis
El economista explica que son varios los ingredientes para una situación complicada en los estados, tras la crisis sanitaria por el COVID-19. “La verdad es que se está complicando mucho, por un lado la presión de gasto importantísima y por otro lado reducción de ingreso, que ya traía una trayectoria”, afirma en entrevista.
El primer elemento, detalla, es que cambiaron las reglas del juego en términos de transferencias los recursos de la Federación a los estados, sobre todo en términos del Ramo 23 y de convenios, lo que les ayudaba a solventar ciertos gastos y reducir déficit en algunas operaciones que realizaban. Estos representan alrededor del 90% de los ingresos totales de los estados.
A eso se añade la reducción en la actividad económica, que es lo que “alimenta” la bolsa de la recaudación; sumado a la caída del precio del petróleo, la contracción en la economía, que se espera sea la más grande de la historia, así como la responsabilidad que están teniendo los estados –dado la limitada reacción por parte de la Federación en términos fiscales– para ofrecer apoyos a las empresas, familias, para poder sortear esta crisis económica, pone a las entidades en una situación desfavorable.
Se ahondarán las diferencias financieras entre estados, algunos caerán en impago y se ahondarán las crisis económicas a nivel local. No es una buena perspectiva.
José Carlos Rodríguez Pueblita, socio fundador de Pondera Lab.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en 2020 se estiman más de dos billones de pesos en ingresos totales de las entidades, de los cuales 1.7 billones son transferidos por el gobierno federal a través de aportaciones (759,760 mdp), destinadas a fortalecer a la entidades en temas como salud, educación, seguridad, entre otros, que son recursos etiquetados, y participaciones (948,747 mdp), las cuales buscan incrementar el crecimiento económico y el esfuerzo recaudatorio. Estas últimas se distribuyen a través del pacto de coordinación fiscal.