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La posibilidad de salvarse será prioridad en la asignación de recursos médicos

De acuerdo con las modificaciones a la Guía Bioética, un equipo deberá evaluar la priorización de los pacientes y decidirá a quién se le dan los recursos.
mar 12 mayo 2020 01:20 PM
Voluntarios del Instituto Tecnológico de Morelia reparan ventiladores que serán enviados a todo el país para combatir el brote de Covid-19.
El tener COVID-19 no representa por sí misma una prioridad para recibir los recursos.

Los pacientes que tienen mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica tendrán prioridad para recibir ventiladores y otros insumos, tengan o no COVID-19, de acuerdo con la Guía Bioética de Asignación de Recursos Limitados de Medicina Crítica en Situación de Emergencia.

El Consejo de Salubridad General realizó cambios a la guía debido a la polémica que originó una versión anterior que priorizaba el principio de “vidas por completarse”, es decir la de los más jóvenes respecto a la de las personas mayores. Ahora la asignación de recursos la determinará un equipo de triaje, el cual calculará el puntaje de cada paciente considerando su situación actual de la infección, su situación pasada (comorbilidades preexistentes) y la expectativa de supervivencia al tratamiento.

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El objetivo de la guía es proteger la salud de la población, es decir salvar la mayor cantidad de vidas, por eso se prioriza a los que tienen mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica sobre los pacientes que tienen menores probabilidades.

El documento señala que salvar la mayor cantidad de vidas requiere evaluar la probabilidad de que un paciente mejore y sobreviva y el tiempo que dicho paciente utilizará los recursos escasos que pueden reutilizarse, lo que implica que en ocasiones se debe seleccionar entre pacientes con similares características y pronóstico médico.

Los principios de justicia social –en los que todas las personas tienen el mismo valor y los mismos derechos–, la dignidad humana, la solidaridad y la equidad deberán orientar la Guía Bioética y ser determinantes a la hora de la asignación.

El objetivo de esta guía es dar una pauta bioética para proteger la salud de la población, entendiendo esto como salvar la mayor cantidad de vidas."

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¿Quién tendrá prioridad para recibir recursos?

El mecanismo de priorización incluye tanto la asignación inicial de recursos como la reasignación de recursos que ya están siendo utilizados y debe ser aplicado tanto a pacientes de COVID19 como a pacientes que requieran de cuidados de medicina crítica por otros padecimientos.

Tener COVID-19 no hace que un(a) paciente tenga mayor prioridad para acceder a los recursos escasos de medicina crítica".

El proceso se hace en dos pasos, primero se calcula el puntaje inicial de priorización de cada paciente, de acuerdo con una escala que indique la probabilidad de supervivencia tanto para pacientes con COVID-19 como para pacientes sin COVID-19, en cuanto se “haga clínicamente patente” que un paciente necesita de medicina crítica, se deberá comenzar cuanto antes.

No obstante se deberá reevaluar de manera periódica el puntaje de pacientes que están utilizando los recursos, para evaluar si es pertinente cambiar el estatus.

Esta evaluación solo se realizará a pacientes que ya han sido estabilizados y, de ser posible, se les proveerá de ventilación mecánica temporal, en los que se calcula el puntaje de priorización, lo cual deberá ser informado a los familiares.

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¿Qué elementos toma en cuenta el cálculo de priorización?

De acuerdo con la guía, cualquier intento de asignación de recursos escasos entre dos o más pacientes debe basarse en una evaluación acuciosa del paciente en cuanto a:

-Su situación presente (impacto actual de la infección)
-Su situación pasada (comorbilidades preexistentes de impacto sobre su expectativa de beneficiarse con algún tratamiento
-La expectativa de supervivencia al tratamiento, de acuerdo con las características específicas de la enfermedad según afecta al organismo de distintos individuos.

En el caso de que la puntuación sea idéntica, en un primer momento se tomará en cuenta que la literatura científica muestra, al día de hoy, que la mortalidad por COVID-19 no es la misma entre los sexos, y los hombres son más vulnerables a esto.

En caso de que esto no lo resuelva, la decisión deberá considerar la protección a personas que pertenecen a grupos vulnerables y, en caso excepcional, como último recurso tomarse de forma aleatoria, como la lotería, y transparente.

Como caso especial, se establece que se debe de dar prioridad de acceso a los recursos escasos de medicina crítica a personal de salud que combate la emergencia de COVID-19, esto quiere decir que el personal de salud que hace frente a la pandemia deberá pasar al principio de la lista para obtener recursos escasos de medicina crítica cuando esto sea requerido.

La única excepción para esta asignación, es cuando el personal de salud presente tales comorbilidades, o su pronóstico sea tal, que sería fútil que accediera a estos recursos.

¿Qué no debe considerarse para la asignación de recursos?

Afiliación política, religión, ser cabeza de familia, valor social percibido, nacionalidad o estatus migratorio, edad, género, origen étnico, orientación, sexual, identidad de género, discapacidades y situación jurídica o socioeconómica.

“Se debe cuidar que la limitación al derecho social a la salud durante una emergencia de salud pública no castigue más a poblaciones en situación de vulnerabilidad”, advierte la guía.

Tampoco debe considerarse el principio de orden de llegada durante una emergencia sanitaria, ya que beneficia de manera injusta a las personas que viven en poblaciones urbanas y cerca de unidades hospitalarias, en comparación con aquellos pacientes que son foráneos.

¿Quién tomará la decisión?

Los equipos de triaje de cada hospital donde se provea atención de medicina crítica serán los encargados de asignar los recursos escasos de medicina crítica.

Los cuales estarán integrados por el director de la Unidad de Cuidados Críticos, el director de la institución hospitalaria, un responsable médico especialista en terapia intensiva, medicina de urgencias, neumología, medicina interna o algo afín; un segundo responsable profesional de la medicina o enfermería intensiva, de urgencias médicas, neumología o algo afín y un administrador de la unidad hospitalaria.

Aunque el personal médico y de enfermería debe participar en la deliberación, mantendrán distancia en la toma de decisiones de triaje. Esto para evitar posibles conflictos de interés, mantener la equidad procedimental en la toma decisiones sobre a quién se admite, y a quién no, a la unidad de cuidados intensivos, y mitigar así la angustia moral del personal de salud a cargo de pacientes críticamente enfermos.

La guía señala que el deseo de no ser sujeto a cierto tratamiento o intervención de los pacientes siempre debe de respetarse. Por ejemplo, cualquier instrucción de “no intubar” o “no reanimar” debe estar registrada adecuadamente en la historia clínica y debe ser respetada. Esto no significa un abandono del paciente, pues no quiere decir que se le niegue el tratamiento hospitalario.

También se establece un sistema de apelación del triaje y de resolución de disputas para garantizar la justicia procedimental, aunque ni el paciente, sus familiares o el médico tratante, puede interponer un recurso.

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