David Ramírez de Garay, coordinador del programa de seguridad de la organización México Evalúa, señaló que el problema de la entrega de narcodespensas responde a que en algunas de esas zonas el Estado no ha realizado acciones de fortalecimiento de las instituciones, por ejemplo, las policías municipales.
"No es de extrañarse que haya lugares en donde esta debilidad institucional permita o conviva, y esto está documentado, no se trata de una cuestión entre buenos y malos, hay interacciones, hay diálogos, pero que todos sean a través de una falta de institucionalidad que se ha dejado durante mucho tiempo y que este gobierno no está haciendo algo para cambiar el rumbo", destacó.
A cambio de las despensas, miembros del crimen organizado incluso piden a la población avisar cuando llegan otras bandas delictivas.
De acuerdo con los profesores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Sandra Ley y Guillermo Vázquez del Mercado, autores del artículo " COVID-19, despensas y narco ", la entrega de estas ayudas no es nueva, y entre sus razones destacan la disputa del control territorial al Estado, la búsqueda de legitimidad, la conformación de una base social de apoyo y hasta el posicionamiento de marca.
Señalan que este fenómeno no es exclusivo de México y que, en países como Italia, Japón, Brasil, Jamaica, Colombia, ha ocurrido que grupos criminales financian fiestas patronales, pagan medicinas y hasta distribuyen despensas en tiempos de dificultad económica.
"Todas estas acciones son parte de una estrategia más amplia en la generación de legitimación y control entre los miembros de las comunidades donde opera el grupo y, en caso de una acción del Estado en su contra, poder contar con su respaldo", advierten los académicos.