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Norma Bastidas, ultramaratonista y víctima de trata: “Mi pasado no me destruyó”

Norma posee un Récord Guinness Mundial, participó en el documental de Oprah Winfrey “Extraordinary Moms”. Detrás de sus éxitos, también hay una historia de trata sexual.
sáb 14 marzo 2020 07:00 AM
Norma Bastidas
Norma fue víctima de trata en Japón, país a donde viajó porque le ofrecieron un trabajo de modelo.

A Norma Bastidas le cuesta trabajo describirse. Ha recorrido continentes, ha escrito su biografía y ha sido seleccionada por Oprah Winfrey por ser una “mamá extraordinaria”. Ella es feminista, activista y cuando tenía 19 años fue víctima de trata.

Después de dudar un poco, confiesa que nadie le había preguntado quién es ella, que ser activista es algo que no buscó porque no es algo que se estudia en la Universidad. Es atleta porque ha ganado maratones, también es escritora. Piensa un momento y finalmente señala que “todavía está en el proceso de conocer quién es realmente”.

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El testimonio de sobrevivir a la trata de personas

“Lo que me sucedió, me limitó y le dio un rumbo a mi vida que era el que yo no habría deseado ni el que me correspondía, entonces estoy en el proceso”, comenta en una charla que tuvo con Expansión Política.

Le vuelve a dar vuelta a la pregunta y finalmente dicer ser una persona que cuenta historias, las suyas, las de otras, mediante el deporte, el activismo. “Es como ahora me identifico más, como una persona que cuenta historias (..) soy narradora, eso me gusta”, se convence con una sonrisa.

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Sentada en sillón azul, Norma Bastidas platica cómo es que después de que vivió violencia sexual y fue víctima de trata de personas en Japón, dijo ¡ya basta! y decidió que ya no intentaría cambiarse a sí misma, sino que con cada una de sus piezas está tratando de hacer “el mosaico más hermoso” de ella misma.

Explica que una persona que sufre un accidente emocional o físico, se fragmenta, y que su problema era que había tratado de acomodarse como era antes, pero expresa que jamás va a ser su vida como si no hubiera pasado lo que vivió.

Lo que más he aprendido es a sentirme orgullosa de mi pasado, no porque sucedió, sino porque no me destruyó".
Norma Bastidas

“Ahora lo que sé es que siempre van a ser parte de mí, pero lo que sé es que no necesitan destruirme, los acepto como parte de mí, que jamás se van a desaparecer, pero lo que sé es que no me van a destruir”, afirma sobre sus miedos.

Norma no se arrepiente de su pasado, si no al contrario, se siente orgullosa de él, no por lo que le pasó, sino porque sobrevivió y no la destruyó. Se niega a dar crédito a quienes le hicieron daño por lo que es ahora y señala que si dice que ‘la hicieron más fuerte’, es falso, porque ella fue la que se hizo más fuerte.

“Ellos no se merecen nada, nada, nada, ni un minuto ni un segundo de agradecimiento de mi vida, nada se merecen, me lo merezco yo”, sentencia.

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‘No es culpa mía’

Norma fue víctima de trata en Japón, país a donde viajó porque le ofrecieron un trabajo de modelo. Pero antes de eso, ella ya había vivido violencia sexual en México. En su natal Sinaloa y en la Ciudad de México, donde la secuestraron cuando tenía 17 años. Por eso optó por tomar el vuelo.

“Pudiera haber sido mi madre una de esas madres que están desesperadas tratando de encontrar a sus hijas. Entonces cuando me llega una oportunidad de trabajo, no sabía si iba a suceder otra vez, porque me sucedió en Culiacán con los cárteles, me sucedió en la Ciudad de México, para ellos decir ‘tan fácil que no hubiera tomado esa decisión’, no sabemos”, cuenta.

Mi decisión de Japón me puso en peligro, pero eso no justifica lo que hicieron conmigo".
Norma Bastidas

Norma huyó de Japón y se fue a vivir a Canadá. Pero fue hasta que se convirtió en una figura pública y empezó a hablar con familiares y con terapeutas, y a conocer a otras sobrevivientes trata de personas, cuando empezó su proceso de recuperación.

“Ahí sí es cuando empecé a (pensar) ‘no es culpa mía’. Te das cuenta que no fue casualidad, que desde el principio fue la intención, que hay un proceso de cómo engañarte, enredarte, y entonces ahí me empecé a sanar, viendo yo no me lo merecía, pero tampoco ellas, conocerlas a ellas, a mí me cambió mi vida”, afirma.

Inspirar a otras mujeres también se convirtió en su “orgullo más grande” porque sabe lo que significa dar esperanza a una persona que está a punto perderla, ya que ella estuvo muchas veces en ese punto.

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La tesela de maratonista

Norma se volvió reconocida por su Récord Guinness Mundial de 2009, cuando participó en la carrera “777 Run for Sight” para recaudar fondos en apoyo a la gente con problemas visuales. Tres años antes, su hijo fue diagnosticado con una enfermedad visual degenerativa y esto la impulsó a convertirse en la primera mujer en completar siete ultramaratones en siete continentes en siete meses.

Su travesía quedó plasmada en el documental “Be Relentless” y en 2011, la famosa conductora estadounidense Oprah Winfrey la seleccionó, junto a Hillary Clinton y la periodista Christiane Ampanpour, para protagonizar “Extraordinary Moms”.

“Yo había terminado las siete carreras por mi hijo y me hablaron ‘tenemos este documental’. Yo no sabía que iba a estar en el documental con ellas, me siguieron en una de mis carreras en Chile, y fue ahí cuando me dijeron 'Julia Roberts lo va a narrar, y eres una de las tres madres, son seis, tres conocidas y tres desconocidas, y tú eres una de las madres que no es celebridad'”, cuenta.

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Se sorprendió de que la hayan escogido entre miles, no era una figura pública y aún no había contado su historia. Solo estaba ayudando a personas con discapacidades, por la ceguera que estaba sufriendo su hijo. Para ella, cualquier mamá haría cualquier cosa por sus hijos, solo que ella lo hizo de una manera original.

“Al principio fue cómo sucedió esto, me sentí como la Cenicienta y llegó la hada madrina, pero más que nada me di cuenta del cambio que hizo no en mí, sino el cambio que hizo en mi hijo (…) los premios que recibí, las entrevistas, fue de un valor simbólico, pero el verdadero valor fue el que le dio a mi hijo en su vida personal”, dice.

Correr ya no es algo opcional para Norma, es parte de ella, pues el año pasado cuando se lesionó y tuvo que estar en muletas, su estado mental se deterioró. Su terapeuta le había dicho que su “cerebro estaba tan dañado como una persona que había ido a la guerra varias veces” y el correr la ayuda a estar bien. “No es una cura, pero seguro es parte del tratamiento”, comenta.

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Ahora, señala luego de un fuerte respiro, una de sus metas es estar más cómoda cuando no está corriendo. “Para mí el correr largo, el pasar tiempo en la naturaleza, no es lo difícil, para mí estar en silencio parada, es lo que es más difícil”, reconoce al señalar que tiene momentos en los que se forza a estar sin actividad física y por las que ahora escribe.

Por eso, una de las descripciones por las que más se convence es la de escritora y narradora, el de contar su historia y la de otras. Ya en 2019 publicó su autobiografía Running Home: A Journey to End Violence, y en los próximos días estará disponible en México el filme “Woman”, en el que da su testimonio como mujer, atleta, víctima, activista.

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