El testimonio de sobrevivir a la trata de personas
“Lo que me sucedió, me limitó y le dio un rumbo a mi vida que era el que yo no habría deseado ni el que me correspondía, entonces estoy en el proceso”, comenta en una charla que tuvo con Expansión Política.
Le vuelve a dar vuelta a la pregunta y finalmente dicer ser una persona que cuenta historias, las suyas, las de otras, mediante el deporte, el activismo. “Es como ahora me identifico más, como una persona que cuenta historias (..) soy narradora, eso me gusta”, se convence con una sonrisa.
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Sentada en sillón azul, Norma Bastidas platica cómo es que después de que vivió violencia sexual y fue víctima de trata de personas en Japón, dijo ¡ya basta! y decidió que ya no intentaría cambiarse a sí misma, sino que con cada una de sus piezas está tratando de hacer “el mosaico más hermoso” de ella misma.
Explica que una persona que sufre un accidente emocional o físico, se fragmenta, y que su problema era que había tratado de acomodarse como era antes, pero expresa que jamás va a ser su vida como si no hubiera pasado lo que vivió.
Lo que más he aprendido es a sentirme orgullosa de mi pasado, no porque sucedió, sino porque no me destruyó".
Norma Bastidas
“Ahora lo que sé es que siempre van a ser parte de mí, pero lo que sé es que no necesitan destruirme, los acepto como parte de mí, que jamás se van a desaparecer, pero lo que sé es que no me van a destruir”, afirma sobre sus miedos.
Norma no se arrepiente de su pasado, si no al contrario, se siente orgullosa de él, no por lo que le pasó, sino porque sobrevivió y no la destruyó. Se niega a dar crédito a quienes le hicieron daño por lo que es ahora y señala que si dice que ‘la hicieron más fuerte’, es falso, porque ella fue la que se hizo más fuerte.
“Ellos no se merecen nada, nada, nada, ni un minuto ni un segundo de agradecimiento de mi vida, nada se merecen, me lo merezco yo”, sentencia.