Cerca de la plancha del Zócalo, el oficial Rosales señala que durante este lunes él ha visto prácticamente el mismo movimiento que en otras jornadas.
"Aquí es un día normal", dice el policía, y cuenta que algunas de sus compañeras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital (SSC) sí recibieron facilidades para poder parar.
A unos metros de la Plaza de la Constitución, donde trabajadores del gobierno capitalino siguen limpiando las pintas que dejó la marcha de mujeres de este domingo, Nadia Iglesias cuenta por qué ella decidió no sumarse al paro.
Organillera de oficio, dice que no se unió a esta protesta por dos razones: en primer lugar, porque no puede darse el lujo de perder un día de ingresos; en segundo, porque considera que una protesta como #UnDíaSinNosotras no es suficiente, sino que se necesita algo de mayor fuerza.
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Un nuevo día, un día sin ellas. El Zócalo de la Ciudad de México recibió esta mañana solo a algunas mujeres que se desplazaron a sus trabajos. Como en la mayoría de las calles de la Ciudad de México, la ausencia de mujeres fue notable.
FOTO: Jesús Almazán
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Un escuadrón de bomberos se presentó en el primer cuadro para retirar una bandera negra que fue colocada al final de la marcha de mujeres de este domingo 8 de marzo, Día de la Mujer.
FOTO: Jesús Almazán
(Obligatorio)
Las vallas colocadas en zonas del Centro Histórico aún permanecen como testimonio de la marcha del 8M.
FOTO: Jesús Almazán
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Las calles aledañas al Zócalo de la Ciudad de México lucieron con una afluencia similar a la de días festivos o puentes vacacionales.
FOTO: Jesús Almazán
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En las primeras horas de este lunes, los trabajadores de limpia de la Ciudad de México se dedicaron a barrer y levantar basura para después dar paso a equipos que despintaron el piso y paredes; también arribaron bomberos que desmontaron una bandera negra que fue colgada por la noche del domingo tras la marcha del 8M.
FOTO: Jesús Almazán
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Mantas. En edificios del primer cuadro aún se apreciaban mantas relativas a la marcha del 8M.
FOTO: Jesús Almazán
"Yo tengo que pagar la renta del organillo, tengo que comer, tengo que mantener a mis hijos. El jefe cobra y yo no puedo dejar de ganar", argumenta Nadia.
"(Además), no porque una mujer haga paro esto va a cambiar. Tiene que ser parejo, de hombres y mujeres, y que paráramos una semana, no nada más un día", subraya.
Mientras Nadia sigue haciendo sonar la música de su organillo y el propio Centro Histórico sigue su ritmo, el paro de #UnDíaSinNosotras se mantiene en marcha, sin que por ahora pueda conocerse cuáles serán sus saldos y sus eventuales resultados en la lucha de las mexicanas por tener un país donde la igualdad de género sea una realidad.