Sarkozy confesó que frente a este caso asumió que su deber como presidente era estar al lado de la ciudadana francesa, no para que escapara de sus responsabilidades, sino porque un jefe de Estado tiene que proteger los derechos de los franceses, incluyendo los de quienes cometieron faltas.
En 2008 Florence Cassez fue condenada a 96 años de cárcel. Un año más tarde su sentencia fue “reducida” a 60 años. Eso ocurrió en vísperas de su viaje oficial a México, en marzo de 2009, y en el momento en que ambos países ya habían iniciado los preparativos del Año Francia-México, a celebrarse en 2011.
El expresidente francés contó a Proceso que antes de llevar a cabo su visita de Estado a México recibió una carta del entonces presidente Felipe Calderón que abría la puerta a un traslado de Florence Cassez a Francia.
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Sin embargo, señaló que un mes después, cuando llegó a México, la actitud de Calderón fue distinta.
“El 8 de marzo de 2009 tenemos una comida privada con el presidente mexicano y nuestras esposas en la hacienda de Tlacatecpan. Todo empieza muy bien...hasta el momento en el que no puedo ceder en el affaire Cassez. Fui muy claro. Le dije que entendía hasta qué punto el tema de los secuestros era sensible en México, pero insistí en que Florence Cassez tenía que ser trasladada a Francia, conforme a los convenios internacionales”, relató.