Bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hay nuevos tiempos para el sindicalismo mexicano; ya no debe haber más líderes charros ni sindicatos corruptos, plantea Pedro Miguel Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
Considera que en México, nunca debió haber “intocables” en materia sindical. Sus declaraciones las hace en referencia a la salida de Carlos Romero Deschamps del sindicato petrolero.
El senador suplente por Morena celebra la aprobación de la reforma laboral, la cual, plantea, es la reforma del siglo, porque fueron modificados 500 artículos de la Ley Federal del Trabajo y porque garantiza a los trabajadores ser quienes elijan, pero también quiten a sus líderes, y no acuerdos entre cúpulas de poder como se hizo por sexenios.
“Siempre había peleado por un sindicalismo libre, por un sindicalismo de puertas abiertas y era muy desafortunado para México que durante 70 años un convenio internacional de la OIT estuviera congelado porque no convenía a intereses políticos y de algunos líderes charros que no querían que hubiera libertad porque querían estar en la silla del liderazgo por los siglos de los siglos”.
Haces Barba considera que si bien el presidente López Obrador no suele reunirse con liderazgos sindicales, la clase trabajadora debe ser leal al presidente y desearle éxito en el ejercicio de su gobierno porque cuando al titular del Ejecutivo federal le va bien, también a los asalariados.
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Y es que en una de sus conferencias matutinas, el mandatario federal aclaró que no se reúne con líderes de sindicatos, y que, por ejemplo, a Romero Deschamps recordaba haberlo visto alguna ocasión pero nunca sostuvo una reunión en privado.
“El presidente López Obrador es un presidente respetuoso de las organizaciones sindicales y así lo ha demostrado porque son organizaciones que nacen de los trabajadores, y todos los líderes debemos tener una buena relación y pedirle a todos los trabajadores que siempre tengamos lealtad a nuestro presidente”, explica.
Rechaza que ello signifique que los sindicatos deben ser incondicionales al poder. Por ejemplo, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México no tiene ningún partido político.
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Pedro Haces asegura que, ante la caída del sindicalismo tradicional, no se trata de sustituir liderazgos, sino de transformar ciertas prácticas. En el caso de la CATEM, añade, a ocho años de haberse constituido ha logrado el cmbio de no establecer la obligatoriedad del pago de cuotas sindicales.
Se acabaron los moches, se acabaron los acuerdos en lo oscurito".
Sostiene que desde la CATEM, que agrupa a 32 federaciones, 1,175 sindicatos, están de acuerdo en cómo está gobernando el presidente Andrés Manuel López Obrador porque está combatiendo la corrupción y persigue solucionar los problemas más graves de México, pese a las condiciones en las que recibió la nación.
