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En el gobierno de Peña hubo incompetencia política: Roberto Rock

El periodista Roberto Rock, autor del libro 'La historia detrás del desastre', hace una radiografía sobre el gobierno del expresidente priista Enrique Peña Nieto y su herencia política.
dom 11 agosto 2019 07:05 AM
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Roberto Rock se basó en cientos de entrevistas con funcionarios, políticos e incluso periodistas que compartieron versiones de primera mano sobre lo ocurrido en el gobierno de Peña Nieto.

El balance de gobierno de Enrique Peña Nieto es “desastroso”: pese a haber impulsado una serie de reformas estructurales, se convirtió en el presidente más impugnado, más atacado y más controvertido, consideró el periodista Roberto Rock, quien habló con Expansión Política con motivo de la publicación de su libro La historia detrás del desastre. Crónica de una herencia envenenada (Grijalbo).

Para él, uno de los aspectos más cuestionables del sexenio de Peña Nieto fue la “incompetencia política” que permitió que actores económicos y políticos, así como poderes fácticos, usaran al entonces titular del Ejecutivo federal y condujeran asuntos clave del gobierno.

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“En las insuficiencias políticas de Peña Nieto, en las incapacidades técnicas, en su inclinación hacia cierta faceta frívola, los que actuaban eran actores de distinta naturaleza, buscando siempre el provecho personal en una estructura que era básicamente engrasada por la corrupción, las aportaciones de los gobernadores, el saqueo de los estados”, comentó.

Argumentó además cómo —a su juicio— Peña Nieto fue construido desde el poder, sobre su infortunada relación con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sobre su frivolidad, que lo apegó a la formalidad del cargo presidencial sin acabar de entender al país y sus necesidades.

“No entendieron al país al que se dirigían a gobernar. No era un país tan vertical; al contrario, era un país lastimado, confrontado, polarizado, y que iba a ser muy aguerrido con el gobierno de Peña Nieto”, dijo.

Rock explicó que para la elaboración de su texto se basó en cientos de entrevistas con funcionarios, políticos e incluso periodistas que compartieron versiones de primera mano sobre lo ocurrido en el gobierno de Peña Nieto. Algunas de esas fuentes hablaron de manera anónima. Rock también empleó apuntes personales, documentos oficiales, videos y otras fuentes primarias para poder dar forma a esta radiografía.

Aquí la entrevista.

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¿Cómo quedará parado el gobierno de Enrique Peña Nieto frente a los anales de la historia?
Puede haber muchas perspectivas dependiendo de la posición que tenga cada uno. Creo que el concepto de desastre se refleja en que todo propósito de un grupo político, de un gobierno, es preservarse, cuidar un legado. A partir de ese criterio, habría que asumir que el balance es desastroso para Peña Nieto, si bien alguien puede opinar que las 14 reformas que impulsó el Pacto por México pueden preservarse, creo que toda realidad soporta distintas perspectivas.

Y con respecto a sus políticas de gobierno, ¿cuál es la herencia?
Peña Nieto es el presidente más impugnado, más atacado, más controvertido, durante su gestión, porque se puede decir que Salinas también tuvo una imagen muy lastimada, o López Portillo, o Fox o Calderón, pero yo creo que realmente el juicio más duro sobre todos ellos fue al término de su gobierno o muy al final. Peña Nieto tiene un desafío, una complejidad o un desmoronamiento de su credibilidad antes de terminar el primer tercio de su gobierno, antes de cumplir dos años en el gobierno. El desprestigio de su gobierno contaminó a tal grado sus reformas que iremos viendo cuáles de ellas se preservan porque eran buenas o qué otras pasan simplemente al olvido o son recordadas como algo nefasto.

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Buena parte de la reforma educativa se preservó, se afinó una parte en lo que se refiere a la participación de los sindicatos e incluso la gente que hizo la reforma de Peña Nieto me dice que se perfeccionó. No ha sido así con el tema energético, con el tema fiscal. Habría que meter la lupa con más calma al tema de las reformas, pero en este momento el gobierno de Peña Nieto es como una mala palabra, como decir una obscenidad, y forma parte de una herencia envenenada.

A su parecer, ¿qué fue lo más desastroso del gobierno de Peña Nieto?
Yo diría que dos cosas fundamentales. Primero, que fue un equipo formado bajo una cultura política vertical, bajo una cultura que tenía en sus características la tolerancia para que los políticos hicieran negocios y para el uso general del dinero para resolver problemas o para comprar voluntades. Yo creo que durante muchas décadas eso ha sido la cultura política en el Estado de México y, en consecuencia, no entendieron al país al que se dirigían a gobernar.

Creo que la otra es complementaria, que tiene que ver con una incompetencia política y un permitir que otros actores condujeran asuntos, tanto actores económicos, actores políticos, poderes fácticos. Todos se protegían entre sí con base en esa cultura, y creo que también con base en esa incapacidad de entender al país, de lo furioso que estaba cuando ellos llegaron y que se fue poniendo peor en el transcurso del gobierno.

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¿Peña Nieto diluyó la figura del presidencialismo priista o qué hizo con ella?
Yo creo que Peña Nieto ha sido el personaje más apegado a la formalidad del poder presidencial, más apegado a lo que él mismo llamaba la liturgia del poder sin que necesariamente se hable del PRI. Peña Nieto nunca fue un activo partidista, nunca fue un hombre de tribuna, nunca fue un hombre que haya lidiado con las bases priistas, que haya convencido a los cuadros priistas para escalar desde ahí al poder. Peña Nieto fue construido desde el poder: fue hecho diputado, fue hecho secretario, fue hecho candidato a gobernador, fue construido como presidente. Creo que fue parte de sus debilidades no entender que el PRI se había convertido también en otra cosa a partir de su derrota en el 2000. Siempre vivió como en una especie de burbuja y la relación que tuvo con el PRI da cuenta de eso. No confiaba en los priistas tradicionales y los priistas tradicionales no confiaban en él tampoco.

¿Qué queda del PRI tras esta “nueva generación” de gobernadores tricolores que apoyaron y acompañaron a Peña Nieto en su gobierno, y que ahora están en prisión o prófugos?
Este es un PRI que jamás había vivido esta realidad, ni siquiera con las alternancias del PAN, y su chip, su código genético de disciplina, de subordinación, yo creo que los ha hecho tocar un botón de pánico y decir “qué hacemos para poder seguir interactuando con el poder”, y se va a ver ahora en las elecciones del dirigente. Creo además que por primera vez este es un PRI que desprecia enormemente a su anterior presidente. Sí, cuando llegó Fox hubo una confrontación con Zedillo, acusaciones de traición, pero no había la percepción de un personaje incompetente, corrupto, rebasado, derrotado, y a la salida de Zedillo, siempre estuvo Salinas. Aquí no está Salinas, por lo menos no a la vista, no hay un expresidente fuerte; entonces, hay una orfandad muy profunda en el PRI, que se ha cantado varias veces que podría extinguirse, yo no lo sé, pero si en algún momento estuvo en riesgo de extinguirse, será ahora.

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¿El PRI tiene con qué levantarse?
Para levantarse, tendría que ganar elecciones y yo no veo cómo lo vaya a hacer. En las elecciones de 2021 se renueva más de la mitad de gubernaturas. Yo no veo dónde va a ganar gubernaturas, dónde va a ganar diputados. También depende mucho la suerte que tenga Morena; si Morena sigue teniendo una fortaleza importante, yo no veo un PRI renacido en mucho tiempo. Si Morena se empieza a desmantelar o le empiezan a salir mal las cosas, pues a lo mejor vuelven por sus fueros.

En las indagatorias en los casos Lozoya y Juan Collado se menciona a Peña Nieto, ¿es una especie de mensaje directo del gobierno al expresidente?
Yo creo que ahorita hay como algunos escarceos en contra de figuras cercanas a Peña Nieto con algún matiz. Yo creo que Lozoya es un personaje que había sido bajado por Peña Nieto y por Luis Videgaray desde mucho tiempo antes del fin de gobierno, desde su renuncia. Era un apestado dentro del peñanietismo, por buenos o malos motivos. Si le preguntaba uno a Lozoya, decía que Videgaray le tenía envidia, que podía desplazar a Videgaray, que podría ser un gran secretario de Hacienda. Si le preguntábamos a Videgaray, decía que Lozoya era un corrupto, que tenía muchos intereses con grupos financieros, que nunca cortó su liga que tenía en la campaña presidencial con grupos de inversión y que era tan corrupto que cobraba hasta por las audiencias a los empresarios, por recibirlos. Pero castigar, encarcelar a Lozoya, incluso a su familia, yo creo que es algo que deben de estar aplaudiendo Peña Nieto y su grupo, por supuesto, con preocupación.

Habrá que ver si salen otras personas, porque esto sería para que hubiese una especie de juicio Lava Jato, o un maxiproceso contra lo que ocurrió en el pasado, y yo no le veo al gobierno de López Obrador esa voluntad de hacer algo que revise de manera sistémica qué pasó.

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Pese a todos estos factores, Enrique Peña Nieto sale en revistas del corazón, ¿qué clase de expresidente se perfila a ser?
Puede haber dos señales de Peña Nieto. Una, que nos lo desnuda por si alguna duda tuviéramos, de que se trata de un personaje frívolo, de que sus prioridades eran otras, que siempre le atraía el mundo socialité, de que ya no tiene problemas en la vida. Y otra, que yo descartaría, que es: salgo con mi nueva novia, me exhibo en fiestas, eso quiere decir que no hay problema, que no estoy preocupado, no va a pasar nada.

¿Qué radiografía haría de este primer tramo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
Yo creo que es un hombre que está peleando por realmente tener el control del poder de México, los ejes del control político, los ejes del control económico, lo que jamás pudieron ni siquiera intentar Fox y Calderón, y creo que está encontrando resistencias poderosas por parte de sectores políticos como los gobernadores, por parte de sectores económicos.

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