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México 'cumple', sin plan claro, en el primer mes del acuerdo con Trump

Tras el pacto de México y Estados Unidos para frenar la migración, han aumentado las deportaciones y aumentado las solicitudes de asilo, pero no hay un plan que realmente atienda el fenómeno.
lun 08 julio 2019 05:00 AM

El resultado de las acciones para frenar la migración proveniente de Centroamérica ha sido satisfactorio, por lo menos para Estados Unidos. México deporta más migrantes a sus países de origen, mientras en la frontera norte ha habido una disminución de detenciones.

No obstante esto ha tenido un costo para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y para los migrantes que tienen que atravesar el país en condiciones más adversas, así como por la falta de capacidad para atender a todos los extranjeros que entran al país.

A un mes de que se firmó el acuerdo, el flujo hacia Estados Unidos está disminuyendo, no obstante especialistas advierten que todavía hay retos importantes y que no existe una solución a largo plazo.

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Según datos preliminares, se han logrado disminuir en un 28% las detenciones en Estados Unidos y han aumentado en un 33% las devoluciones de personas de México hacia los países de origen. En este caso no son las cifras más altas en los últimos 16 años, incluso con Vicente Fox, en 2005, se presentó el mayor número de devoluciones, con 232,157. En abril de ese año se rompió el récord de deportaciones con 24,153.

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Aunque la tendencia disminuyó en los siguientes años, a partir de 2015, ya con Enrique Peña como presidente, los números comenzaron a subir de nuevo, pero sin llegar a los niveles de 10 años atrás. En ese año, se deportaron a 111,641 extranjeros, mientras que en lo que va del 2019, se han devuelto a 75,759 personas.

Para expertos estos números reflejan que “se está cumpliendo la tarea” con Estados Unidos, pero no se está resolviendo el fenómeno.

El nivel de la demanda no se resuelve con un programa, falta una estrategia, un plan, para los próximos años… y es lo que no encontramos.
Javier Urbano, académico de la Universidad Iberoamericana.

Javier Urbano, coordinador del Programa de Asuntos Migratorios (Prami) de la Universidad Iberoamericana, señala que los flujos migratorios se han mantenido, solo que ahora son más visibles para la política pública.

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El incremento de migrantes en México

La migración ha empezado a tener más interés de manera global en los últimos años. El Pacto de Marrakech , firmado en diciembre pasado, fue un esfuerzo de varios países para atender el fenómeno de una forma ordenada y segura.

Para México, la situación se agravó con la llegada de caravanas conformadas principalmente por centroamericanos que huyen de sus países por los contextos de violencia, pobreza y falta de oportunidades.

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Ante el incremento de los grupos de personas que intentaban llegar a Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump, quien siempre mantuvo un discurso contra los extranjeros en su país, intensificó los ataques a México hasta llegar al punto de amenazar con imponer aranceles sino se frenaban los flujos .

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Esto orilló a México a tomar acciones más inmediatas. Se desplegaron más de 6,000 elementos de la Guardia Nacional, cuerpo que no tenía asignada esa tarea, en la frontera sur, que de acuerdo con el académico de la Ibero, no cumplen con el perfil para dar atención a los migrantes.

En las fronteras se intensificaron las medidas de contención, más que de administración, lo que provocó saturación de algunas estaciones migratorias que ya no tenían ni la capacidad ni los recursos para atender a quienes seguían llegando.

El presidente Donad Trump dijo este viernes que la frontera sur de Estados Unidos "está bien resguardada por México" y resaltó que el despliegue de tropas mexicanas "está teniendo un tremendo impacto".

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El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Segob, Alejandro Encinas, asegura que se están tomando acciones para reformar las estaciones, que en un principio se diseñaron como centros de retención.

“Habrá que hacer un cambio profundo porque se están saturando, en algunos casos, no fueron diseñados para una atención humanitaria, hay que recordar que muchas estaciones se establecieron como centros de reclusión no como albergues”, dice.

Aumentan también solicitudes de asilo

Uno de los puntos firmados en el acuerdo de México y Estados Unidos consistió en que los extranjeros que solicitaran refugio en EU podían ser regresados al país en lo que se desarrolla su proceso, que en la mayoría de los casos es tardado, lo que provocó aumento en las solicitudes de asilo.

Aunque en este mes se hizo más visible la llegada de migrantes provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, en el país ya se habían incrementado la cifra de cubanos, africanos, haitianos y venezolanos que habían arribado al país ya sea para llegar a Estados Unidos o intentando buscar asilo en México.

Gerardo Talavera, director de la Casa Refugiados en la Ciudad de México, señala que en lo que va de 2019 han atendido a 1,792 personas de 34 nacionalidades diferentes. Desde la organización, hacen labor de gestoría tanto para ayudar a los extranjeros a obtener refugio hasta reinsertarlos en las comunidades.

La situación actual los superó en números. “Es un tema muy complejo que en lo particular a nosotros como asociación civil nos supera, no somos una organización global”, dice.

¿Cuáles son los retos?

En este mes se ha logrado cumplir con una primer meta planteada, frente a la primera evaluación que se hará en 15 días, pero existen todavía retos para resolver una situación que venía desde años atrás.

Encinas sostiene que no solo implica atender el incremento en el flujo migratorio, sino también la diversificación en cuanto a nacionalidades y el cambio en el perfil —ahora vienen también familias y menores de edad—, así como defender sus derechos humanos.

“El reto es garantizar el trato humanitario digno, el respeto a sus derechos humanos, no contravenir los derechos que tienen a la movilidad, pero con un sano equilibrio con respecto a la legislación de nuestro país”.

Talavera señala que hay una responsabilidad como país de atender a las poblaciones porque el fenómeno no es desde ahorita, sino que ya viene de años atrás y que cuesta trabajo ver en la narrativa actual ante las agresiones tanto a quienes hacen trabajo humanitario como a las personas en movimiento.

“Ha habido acciones positivas, como nombrar a Andrés Ramírez al frente de la Comar, aunque hay otros retos por parte del gobierno mexicano como dar presupuesto, que implica reconocer que la migración se tiene que atender. Tenemos ahorita la preocupación (…) de cuál es el enfoque que realmente está tomando México”, señala.

Por su parte, Javier Urbano advierte que la contención en la frontera sur provocará una dispersión en las rutas y que la falta de capacidad y atención hacia los migrantes puede traer una buena cantidad de prejuicios contra ellos, que se incrementarán conforme persistan las medidas.

El experto insiste en que estas acciones tomadas hace un mes no tienen nada que celebrarse, pues solo muestran que México está cumpliendo la tarea de gendarme o que está dando recursos para impulsar programas en Centroamérica, pero sin plan.

“Si quieren dar resultados como el alumno cumplido de que ya detuve y ya deporté, lo pueden hacer, pero al final del día el barómetro, la balanza solo la vamos a ver cuando en el norte sigan pidiendo el asilo y cuando siga acumulándose gente en las fronteras”, señala.

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