El resultado de las acciones para frenar la migración proveniente de Centroamérica ha sido satisfactorio, por lo menos para Estados Unidos. México deporta más migrantes a sus países de origen, mientras en la frontera norte ha habido una disminución de detenciones.
No obstante esto ha tenido un costo para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y para los migrantes que tienen que atravesar el país en condiciones más adversas, así como por la falta de capacidad para atender a todos los extranjeros que entran al país.
A un mes de que se firmó el acuerdo, el flujo hacia Estados Unidos está disminuyendo, no obstante especialistas advierten que todavía hay retos importantes y que no existe una solución a largo plazo.