“Somos pueblo, no fifís”, dicen familias de policías federales

Las familias de los policías recriminaron que, además de los bajos salarios que perciben sus parientes, tras la llegada de Andrés Manuel López Obrador han recibido un desprecio sistemático por parte del gobierno.

“Somos pueblo, no fifís”, dijo, por ejemplo, la señora Martha con una caja de huevo llena de botellas de agua para repartir entre los presentes.

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Los inconformes afirman que los elementos que ya fueron incorporados a la Guardia Nacional y ya fueron desplegados al interior de la República no recibirán su bono de operatividad, que es de alrededor de 10 mil pesos, lo cual pone a las familias en una situación de precariedad.

Denunciaron, a su vez, que los elementos que no han pasado la evaluación por cuestiones como la masa corporal, han sido enviados de forma arbitraria y en condiciones laborales indignas al Instituto Nacional de Migración (INM) para resguardar las fronteras.

“Los estamos apoyando porque consideramos que es injusto, que después de tanto sacrificio, de tanta sangre derramada por la Policía Federal, ahorita de un plumazo, por un decreto, nos quieran borrar, por eso peleamos”, comentó Gloria Almunia, esposa de un elemento de la corporación.

Entre los familiares de los policías que protestan afuera del Centro de Mando se encuentran niños, mujeres y personas de la tercera edad con pancartas con leyendas en contra de López Obrador y el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.

“Obrador, dijiste que no separarías familias y ya separaste la mía”, reza uno de los carteles. “Durazo, no mientas más, apoya a la Policía Federal”, agrega otra pancarta.

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Policías entrevistados, que omitieron dar su nombre, señalaron que actualmente están en un limbo legal, pues desde que empezó a operar la Guardia Nacional, el domingo pasado, muchos de ellos no han sido incorporados a esa nueva corporación, mientras que, a los que ya forman parte de la misma, les han quitado prestaciones, como el bono de operatividad.

A su vez, lamentaron que el gobierno federal haya iniciado una campaña de desprecio contra ellos, pues los han tachado de fifís, como hizo hace unas semanas el titular de Migración, Francisco Garduño.

Además, denunciaron, a sus compañeros les han dado uniformes de talla extra grande, los tienen durmiendo en el suelo, los han alejado de sus familias sin darles certeza de cuál será su futuro laboral.

“Nosotros queremos ayudar a la gente, de verdad que sí, pero no es justo que nos quieran dejar sin nada”, dijo un elemento de la Policía Federal.