¿Qué opina de que el gobierno de México, ahora con López Obrador, no quiere intervenir en el conflicto?
Bueno, mira, en primer lugar, nosotros no vamos a dictarle la política exterior a ningún país. México es un país soberano y respetamos su decisión. Eso es lo primero y la premisa primordial. Ahora, de lo que quisiéramos los venezolanos, eso es otra cosa… Lo hemos comentado con la comunidad venezolana aquí en México, ya hemos superado los 70,000 venezolanos que viven acá, y obviamente nos gustaría que México hiciera mucho más. Obviamente, nos gustaría que México pudiera asumir posturas un poco más frontales, como se asumieron en gestiones anteriores.
Nos encantaría que México, si bien quiere formar parte de un proceso de mediación, entendiera también del lado de los venezolanos que están acá".
¿Ve posible que se dé un cambio en la postura del gobierno mexicano?
Lo que pasó con el resguardo de este diputado, Franco Casella, en la Embajada de México en Caracas, denota un pequeño punto de quiebre, en donde ya no es un estatus de una plena imparcialidad, sino que hay una clara condena a la violación a derechos humanos y la inviolabilidad del fuero parlamentario. Eso está claro. Entonces, creo que poco a poco el tiempo, en la medida de que los países se vayan involucrando, se van a dar cuenta del régimen criminal que está en Venezuela, y se les va a hacer mucho más difícil asumir posturas imparciales o neutrales. Entonces, el tiempo creo que nos va a dar la razón. En la medida de que México siga involucrándose en este proceso, se va a dar cuenta de que hay un régimen que se va a burlar de ellos, que los va a utilizar, que va a hacer lo que le dé la gana, y que va a seguir siendo un violador de derechos humanos, corrupto, narcotraficante y déspota. El tiempo nos va a dar la razón.
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