El proyecto de infraestructura marítima denominado "escalera náutica" busca conectar Puerto Vallarta, en Jalisco, con Bahía de Banderas, en Nayarit, e implica la construcción de 10 a 12 muelles, así como la implementación de transporte marino.
El proyecto incluso confrontó ya a presidentes municipales, pues mientras Luis Ernesto Munguía, alcalde de Puerto Vallarta, respalda la propuesta, bajo el argumento de que la ciudad crece a un ritmo acelerado y se necesitan alternativas de movilidad como el transporte marítimo, Héctor Santana, de Bahía de Banderas, manifestó su desacuerdo, al considerar que se puede afectar gravemente el ecosistema, tal y como lo advierten las organizaciones ambientalistas.
Aldo Zavala, integrante de Proyecto Manta, organización enfocada a la preservación de la matarraya oceánica, asegura que este megaproyecto representa un riesgo para esta especie que se alimenta, descansa, se reproduce y realiza rituales de cortejo en Bahía de Banderas.
La mantarraya oceánica es la especie más grande de manta en el mundo y la más solitaria también.
"Somos la comunidad humana, somos la ciudad, al menos en la costa del Pacífico Mexicano, más cercana a estas criaturas y lo que se está viendo es que no estamos respetando esto, esta fragilidad de estos animales que son tan maravillosos y difíciles de ver en general", apunta en entrevista.
Regulación del tráfico marítimo
Zavala asegura que tener un mayor número de embarcaciones y tráfico marítimo, como se pretende impulsar a través de la "escalera náutica", representa a su vez un mayor riesgo para esta especie y otras más que habitan o visitan Bahía de Banderas, por ello sostiene que la exigencia a las autoridades que impulsan este proyecto es tener un "plan claro de ordenamiento marino con el que se puedan hacer este tipo de propuestas pero de manera inteligente".
El representante de Proyecto Manta advierte que ya existe caos vial marítimo debido a la falta de reglamentos de tránsito y a un control sobre las embarcaciones, lo que ha provocado que ahora mismo las especies marinas, tortugas, ballenas y mantas sean atropelladas o atrapadas en redes de pesca.
Los gobiernos federales, estatales, municipales, están viendo incrementar la conexión entre distintos puntos sin considerar que el mar está vivo, lo ven como un desierto, como una pista de carreras, cuando ahorita mismo las especies son afectadas considerablemente.
Aldo Zavala, integrante de Proyecto Manta.
"Ellos (el gobierno y las autoridades) dicen que sí, que van a hacerle caso a los ambientalistas, a los biólogos, pero dicen que van a adaptar las embarcaciones con protecciones de propelas (hélices de las embarcaciones) y eso ni siquiera estuvo en el tema de discusión, porque con protecciones de propelas lo único que se hará es cambiar el patrón de cicatriz o de herida a los animales que son golpeados. Con o sin protección van a seguir siendo golpeados", denuncia.
Sin Maniestación de Impacto Ambiental
El biólogo Roberto Moncada, director de la organización GRIMMA, advierte que ya se inició con la construcción del muelle en Mismaloya como parte del proyecto de la "escalera náutica", pero aún no se cuenta con una manifestación de impacto ambiental sobre dicho proyecto.
En entrevista, Moncada reitera que el proyecto de la escalera representa en sí un riesgo porque si bien se pinta como un proyecto para mejorar la movilidad, ahora mismo no existe ni se trabaja una regulación y ordenamiento de las embarcaciones que ya navegan en la bahía y han colisionado con ballenas, mantarrayas y tortugas.
"Si lo pintaran como un proyecto turístico tiene sentido, pero si es un proyecto de movilidad, pues existen ya estas embarcaciones que son taxis y que mueven a la gente en la costa de Jalisco pero que provocan un espantoso tráfico", expone.
En el mar no hay ley, se navega muy rápido y por donde sea... Hemos dicho muchas veces que las embarcaciones tienen que llevar a alguien en la punta, porque el operador no ve hacia enfrente y cuando ve a un animal ya está muy cerca y ocurren accidentes.
Roberto Moncada, director de GRIMMA.
Ante ello, el biólogo señala que el riesgo de incrementar el flujo de embarcaciones marinas en la bahía no solo es por el aumento de colisiones con embarcaciones y animales que se pudiera registrar sino también porque las personas que se transportan en dichos medios pueden salir lesionadas.
"La gente también está en riesgo porque no hay un ordenamiento para navegar, corren por donde sea y a la velocidad que se les antoje", dice.
Insiste en que antes de iniciar con este proyecto, las autoridades deben dar un primer paso para regular la navegación por el mar e implementar un programa de educación y capacitación dirigido hacia quienes navegan en la bahía, pero que apunta, hasta ahora las autoridades han sido omisas.