La entidad ocupa el lugar 30 de 32 por número absoluto de homicidios dolosos en el país. Entre enero y abril reportó 19 asesinatos, lo que en promedio representó 4.7 eventos por mes.
Sin embargo, tan solo el fin de semana pasado la entidad superó esa cifra mensual: sumó seis durante un enfrentamiento en Comondú.
Desde 2017, cuando se registraron 788 homicidios dolosos, Baja California Sur había tenido años de poca violencia, con 59 por año, en promedio. Sin embargo, en las últimas semanas la tranquilidad se trasformó en temor e incertidumbre en el centro vacacional.
El 16 de abril se reportó un tiroteo en el centro de La Paz, en el que resultaron dos personas heridas, una de ellas presuntamente era operador de una de las facciones del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos.
Dos días después se dejaron en el estado “narcomantas” con mensajes dirigidos a Abraham Cervantes Escareaga, alias “El Babay”, presunto aliado de "Los Mayitos", a quien las autoridades señalan de sostener una alianza con el grupo criminal "Los Cabrera" para quitarle el control a los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El 22 de abril fueron asesinadas tres personas más en Los Cabos, La Paz y Mulege, entre ellas, Ulises Cota Montaño, comandante de la Agencia Estatal de Investigación Criminal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Alejandro Martínez, experto en seguridad y profesor de la Universidad La Salle, explicó que parte de la violencia que enfrenta Baja California Sur podría ser un efecto de la disputa que vive Sinaloa y que ha orillado al gobierno federal a reforzar la seguridad en esa entidad.
"El famoso efecto ‘cucaracha’ se da cuando las acciones de la autoridad en una área geográfica hace que los delincuentes opten por salir hacia otros destinos para seguir operando en sus actividades delictivas", apuntó.
Y sería el caso del estado de Sinaloa y sus estados vecinos, donde se empieza a tener mayor problemas de seguridad como Baja California Sur, que sabemos que era un tanto pacífica”.
Alejandro Martínez, profesor de la Universidad La Salle.
Tierra y rutas en disputa
Por su ubicación geográfica, importancia turística y puertos, Baja California Sur es tierra de disputa de bandas criminales. Es clave en el trasiego de drogas como el fentanilo: llega vía marítima, terrestre o aérea y es punto de salida hacia Estados Unidos.
En su investigación “Fentanilo en México: Confiscación de Cargamentos 2017-2019”, Josúe González Torres, analista en seguridad de la UNAM, señala que una de las rutas para el fentanilo es Baja California Sur.
“Podría llegar directamente de las rutas de Asia vía marítima o aérea, así como proveniente de los puertos de Puerto Vallarta (Jalisco) o Mazatlán (Sinaloa), hacia Baja California Sur. De ahí serían transportados de manera terrestre hacia la frontera con los Estados Unidos, específicamente hacia aduanas como Tijuana (Baja California), Tecate (Baja California) y Mexicali (Baja California)”, indica.