El rescate de Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, conocido como “El Neto” y cabecilla del grupo criminal “Los Mexicles”, ha dejado en descubierto las irregularidades que se registraban en el Centro de Readaptación Social número 3 de Ciudad Juárez, en Chihuahua, donde además de albergar a presos peligrosos a pesar de no ser una cárcel de máxima seguridad, se contaba con celdas lujosas.
Al menos 10 de las celdas en el penal de la ciudad fronteriza estaban apartadadas para “reos VIP”, mismos que contaban con los recursos para tener mesas repletas de alcohol y llevar a cabo remodelaciones con azulejos a las habitaciones.
Fotografías reveladas por medios locales muestran que “El Neto” podía beber cerveza, mezcal y tequila cuando quería. También tenía la posibilidad de darse un baño en un lujoso jacuzzi adaptado al espacio de una de “las celdas”, si es que así se le puede llamar.
Si bien las comodidades con las que contaban “Los Mexicles” llaman la atención, no sorprenden, pues delincuentes mexicanos llevan años gozando de privilegios en las cárceles, ante la complicidad de las autoridades penitenciarias.