"En efecto, las terapias de conversión son meramente mecanismos de tortura con tendencias medievales que, además de perseguir un fin ilegitimo, vulneran derechos como el del libre desarrollo de la personalidad, la salud, la libertad de expresión y el derecho a vivir una vida libre de violencia y discriminación".
"Este tipo de terapias se han prohibido en diversos países como Francia, Alemania y Canadá, entre otros, en atención al respeto y garantía de los Derechos Humanos de las personas de la Diversidad Sexual", detalló la legisladora estatal durante la presentación de su iniciativa .