Desde entonces, a la par de las protestas, se han incrementado las medidas, como la implementación de reductores de agua, la aplicación de multas a quienes desperdician el líquido, la distribución en pipas, así como el bombardeo de nubes para estimular las lluvias.
El descontento social aumenta en Monterrey, Nuevo León, por la carencia de agua.
María Luisa Robles, empleada de una tienda de conveniencia en Monterrey, en el norte de México, gritó la pregunta por segunda vez: "¿Se ha quedado sin agua?".
Luego, la mujer de 60 años, agregó: "¡Todos están batallando porque no hay agua!".
Desesperados, Robles y sus vecinos han recurrido a subirse a un depósito de agua municipal cercano, para llenar garrafas.
Daniel Becerril/Reuters
La falta de agua afecta las dinámicas familiares.
María Luisa Robles cuida a su madre en su casa que no tiene agua corriente. Más de la mitad de México enfrenta condiciones de sequía de moderadas a severas, en Monterrey.
Daniel Becerril/Reuters
El agua debe ser cuidada al máximo en las tareas domésticas en los hogares de Nuevo León.
En el área metropolitana de Monterrey, donde viven unos 5.3 millones de personas, la sequía y los años de lluvias por debajo de la media han provocado escasez de agua en toda la ciudad.
Daniel Becerril/Reuters
Como en una época del pasado, en Monterrey es necesario acarrear agua de suministros externos a las casas.
El agua corriente ha dejado de fluir en algunos barrios, uno de ellos es Sierra Ventana, donde vive Robles con su madre, dos hermanos con discapacidad y una sobrina con una limitación motriz.
Su cuidado requiere mucha agua, por lo que varias veces al día, con temperaturas cercanas a los 40 grados, Robles va y viene del depósito de agua, junto a otros residentes que transportan cubos o empujan carritos de bebé llenos de jarras.
Daniel Becerril/Reuters
La vida se ha vuelto difícil por la falta de agua.
"Necesitamos agua para vivir".
María Luisa Robles llena el tanque de un inodoro para descargar sin agua corriente en una casa de Sierra Ventana, Monterrey, Nuevo León. Más de la mitad de México enfrenta condiciones de sequía de moderadas a severas.
Daniel Becerril/Reuters
A largo plazo, de 2027 a 2050, se prevén otras medidas como contar con la Presa Vicente Guerrero, ubicada en Tamaulipas, con una dimensión tres veces más grande que El Cuchillo y que por su ubicación es viable llevar agua hacia Nuevo León; la construcción de una obra de toma sobre la corriente del Río Pánuco, la cual sería conducida por bombeo hasta Monterrey mediante un acueducto de 500 km, y la propuesta binacional que implicaría la construcción de una planta desaladora en Texas, que después se podría trasvasar hasta Nuevo León.
El gobernador, quien lleva apenas nueve meses al frente del gobierno de Nuevo León y, enfrenta el que sería su primer gran reto, aunque ha reconocido que la problemática se debe a su predecesor, Jaime Rodríguez Calderón. “No ha llovido en cuatro años, y 'el Bronco' (el exgobernador) se acabó las presas", afirmó el mandatario en una conferencia de prensa el pasado 8 de junio.
Si bien, la problemática se ha incrementado en la actual administración, también por efectos del cambio climático, no es exclusiva de la entidad ni García Sepúlveda, pero su solución sí requiere de acciones inmediatas y de colaboración intergubermantal, así como con el gobierno federal, quien se comprometió a apoyar con recursos para la construcción de La Presa Libertad.