"Para todo el personal de salud esto significa un reto por tratarse de un padecimiento que genera incertidumbre y temor. Sin embargo, como profesionales debemos continuar con nuestra labor, tomando todas las medidas necesarias para otorgar una adecuada atención a los pacientes, en las máximas condiciones de seguridad para todos", dijo la jefa del Departamento de Ginecología y Obstetricia.
En tanto, el anestesiólogo Cruz Ishel Pérez Maldonado declaró sentirse orgulloso por haber sido parte del equipo que atendió el parto: "Para mí es como el renacer de Monclova, de nuestro hospital, y es una esperanza. Siento alegría y satisfacción al saber que las cosas se están haciendo bien y podemos salir adelante ante la adversidad de esta contingencia".
El pasado 22 de abril, el IMSS informó que fue dado de alto el primer bebé mexicano que nació de una mamá contagiada con COVID-19 en Saltillo, Coahuila; aunque su estado de salud se reportó estable, su madre perdió la vida. Este pequeño fue bautizado como el primer "bebé milagro".
Al respecto, Pérez Maldonado consideró que llamar "bebés milagro" a quienes nacen en esta condición es adecuado, ya que la enfermedad produce diversas afectaciones al cuerpo y, en este último caso, la mamá no presentaba ninguna complicación, lo que contribuyó al éxito del nacimiento.