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Reclusas de Jalisco bordan para "sentirse productivas" y esperar su libertad

Internas del penal de Puente Grande participan en un taller de costura en el que elaboran piezas para vestidos, ganan un sueldo y se alistan para su reinserción.
mar 04 febrero 2020 05:59 PM
Internas de Jalisco
Las internas pueden llegar a ganar hasta 2,000 pesos a la semana.

GUADALAJARA, Jalisco.— Entre hilos, canutillo y telas, decenas de internas en el Centro de Readaptación Femenil de Puente Grande, en Jalisco, buscan una forma de ser productivas a través del taller de alta costura que funciona en el lugar.

Durante horas, las manos de las mujeres que pertenecen al taller, administrado por la empresa Ragazza Fashion, dan forma a bordados y corsés que posteriormente se convertirán en vestidos para quinceañeras.

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Para las internas, esto representa una oportunidad para construir una nueva forma de vida más allá de los estereotipos y prejuicios que significa estar en prisión.

Alma “N” consideró que dedicarse al bordado y la costura es una forma de probarse que es posible continuar la vida con dignidad.

“Es demostrarme a mí misma y demostrarle a mi familia que sí se puede, que no importa el lugar en donde estés, tienes que agarrarte de lo mejor que tengas para salir adelante”, señaló.

Por cuatro años ha bordado decenas de corsés. El más especial fue el que hizo para su hija mayor, quien cumplió 15 años en 2019.

En ese diseño la dueña de la empresa le autorizó dedicar parte de su jornada laboral, de ocho horas diarias. Su hija lució el vestido en una fiesta especial realizada en el reclusorio.

“Son sueños. Vi la ilusión de mi hija, cómo esperaba recibir ese vestido, la alegría, las lágrimas cuando se lo midió, y es cuando te das cuenta de lo hermoso que es tu trabajo”, contó Alma.

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El taller inició hace cinco años con seis trabajadoras. Actualmente son 74 mujeres las que colaboran en él y reciben una remuneración de hasta 2,000 pesos a la semana, según su productividad y habilidades, dinero que les permite ayudar a sus familias.

Los vestidos son diseñados y ensamblados por Ragazza Fashion a la medida de cada quinceañera, y son comercializados en México y Estados Unidos.

Hace dos años, Berenice “N” se convenció de entrar al taller motivada por el entusiasmo de sus compañeras. Sin siquiera saber ensartar el hilo en la aguja, aprendió que sus manos pueden modelar figuras sobre una tela.

“Están hechos completamente a mano, piedra por piedra, tenemos callos en los dedos de tantos piquetes de las agujas, pero lo que más queremos es coser, hacerlo rápido y bien hecho”, dijo.

Berenice aseguró que esto la ha ayudado a encontrar una ocupación y a enfocarse en cumplir nuevos retos, a pesar de no estar en libertad.

“Estoy muy orgullosa de mí, le echo ganas y valoro el tiempo que estoy aquí, no reniego, más bien aprendo cosas nuevas, te haces la vida menos pesada”, señaló.

Más internas en Jalisco
Las piezas que elaboran las internas son enviadas a la empresa que participa en el programa, donde los vestidos son ensamblados.

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La iniciativa es parte del proyecto “Reinserción, segunda oportunidad”, cuyo propósito es que las mujeres privadas de la libertad aprendan un oficio que les permita ser productivas dentro y fuera del reclusorio, contó el director de Prevención y Reinserción Social de Jalisco, José Antonio Pérez.

“Es hacerlas productivas y que las personas tengan la oportunidad de contribuir al sostenimiento de sus hijos, es fundamental porque el fracaso en México en el tratamiento de reinserción es creer que era un castigo lo que se ocupaba para que alguien rectificara, y es un error”, dijo.

Tres trabajadoras del taller recuperaron su libertad y se incorporaron de tiempo completo a Ragazza Fashion.

Ahora son quienes capacitan a sus excompañeras de celda cuando es necesario emplear nuevas técnicas de bordado, aseguró Carolina Vázquez, directora del corporativo Andalucía, que representa a la marca.

Vázquez consideró que el taller es un “semillero de talentos” que pueden tener un futuro en la costura dentro o fuera del reclusorio.

“Ellas son una extensión de la familia que tenemos afuera colaborando. Todas las que han venido con nosotros pueden tener una oportunidad, es importante el historial que hayan dejado aquí. Ha sido un éxito tener personas que laboran con nosotros una vez que salen y tienen oportunidad de desarrollarse”, concluyó.

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