Las Islas Marías se despide como penal con honores y dudas sobre el futuro
ISLAS Marías (ADNPolítico) - Un pequeño gato deambula alrededor de una jardinera con matas de tomate, cuyos frutos a punto de madurar ya no serán cosechados. La planta está en el exterior del dormitorio M-2 del Centro Federal de Readaptación Social “Morelos”, cuyos 199 internos salieron junto con sus compañeros del Complejo Penitenciario Islas Marías el pasado 8 de marzo, para no volver.
Han pasado ocho días desde la firma del decreto presidencial que puso fin a 114 años de historia de las islas como prisión para dar paso a una especie de pueblo fantasma que espera entre dormitorios vacíos y nostalgia de sus 450 trabajadores, el convertirse en un campamento para fomentar la educación ambiental entre niños y adolescentes de todo el país.
El complejo penitenciario Islas Marías —que inició como una de las prisiones más crueles del país y se despide como una de las mejor calificadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos— lleva ahora por nombre “Centro de Educación Cultural Ambiental Muros de Agua José Revueltas”, en memoria del escritor quien fue recluido ahí en dos ocasiones por sus ideas políticas.
Ahora, busca convertirse en semillero de ideas de los más jóvenes, un plan que recibe aplausos por poner por primera vez el archipiélago al alcance de todos los mexicanos, pero que también evoca recuerdos y tristeza entre quienes han vivido entre aquello que el escritor José Revueltas denominó como los “muros de agua”.
Juan López —custodio durante siete años— es uno de ellos. Para él, el modelo de reinserción del que fue testigo en Islas Marías no se compara al de otros penales en los que había trabajado y que incluso con momentos de tensión, como el motín del 2 de febrero de 2013 , sí lograba que quienes llegaran ahí acusados de algún delito, pudieran reinsertarse en la sociedad.
“Ellos vivían en semilibertad, eso es distinto a otros penales como en Puebla donde yo trabajé. Nunca es lo mismo poder tener una vida casi normal a estar completamente encerrado”, dice.
Te puede interesar: Cárceles con capital privado, un modelo en entredicho
Juan quien llegó desde Veracruz a la isla—que alberga todavía las instalaciones de cuatro Centros Federales de Readaptación Social, uno de ellos de máxima seguridad— también está a la espera de detalles sobre los planes que tiene el gobierno para reubicarlos. A algunos les dicen que ellos podrán elegir el lugar, a otros que podrán quedarse si así lo desean. Mientras tanto y en la espera de mayor claridad, algunos han empezado a empacar sus cosas por si el viaje de regreso al puerto de Mazatlán implica su despedida para siempre de las islas.
“Traemos las maletas vacías porque no sabemos si nos vamos a quedar o nos vamos a regresar. No nos han dicho qué va a pasar con nosotros, a dónde nos van a mandar”, comentan unas trabajadoras del área jurídica, mientras esperan el barco que las lleva a las Islas Marías después de 15 días de descanso. Sigue trabajando en el lugar aunque ya no haya a nadie quien cuidar.
Además de las 199 personas privadas de la libertad (PPLs) que habitaban el Cefereso Morelos otras 385 que se encontraban en los otros tres penales del complejo fueron reubicadas al penal federal de Ramos Arizpe, Coahuila, cuyo esquema dista de la semilibertad que se vivía en Islas Marías.
#EnFotos: Las Islas Marías dejan atrás su etapa como cárcel y abren sus puertas
El lugar con "muros de agua"
En medio del océano
Colonia penal
Complejo penal
Cambio de vida
Semarnat en las Islas
En el giro que dio el gobierno sobre el futuro de las Islas Marías y que fue anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde mediados de febrero, sí hay quienes tienen dudas sobre su futuro y lamentan dejar el penal de Islas Marías.
Con el proceso de entrega en curso y sin una fecha definida para el cambio total, la ahora exdirectora Gabriela Cerón, —quien estuvo en seis años en las islas— ve en el cambio la oportunidad para transmitir lo "ganado" en las Islas Marías a otros centros penitenciarios del país.
"Todas las personas que nos vamos de aquí nos vamos con la satisfacción de cerrar la isla con las más altas calificaciones que puede tener un centro penitenciario, avalado como una de las mejores prisiones del mundo, avalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (...) y el momento de cerrar ese ciclo es por las circustancias no por la mala calificación", señala la exdirectora, quien aún no tiene una definición sobre su traslado a otro penal.
Aunque las historias de éxito sobre el modelo de las Islas Marías para la reinserción social se repiten en las voces de uno y otro de sus directivos y extrabajadores, son sus altos costos de mantenimiento —2,800 pesos diarios por interno—, la devastación ocasionada por Willa y la ausencia de visitantes de familiares en los últimos años, fueron argumentos suficientes para cerrar la cárcel.
Campamento, ¿apto para niños?
El barco de la marina sale del Puerto de Mazatlán y tras siete horas de recorrido, el Puerto Balleto, da la bienvenida a la Isla María Madre. Ricardo Ramírez Guzmán, encargado de Protección Civil del extinto complejo penitenciario, recibe a los visitantes con varias advertencias: se trata de una zona altamente sísmica, susceptible a huracanes y con alta probabilidad de que se presenten incendios forestales.
Fue precisamente el huracán Willa, el que el pasado 23 de octubre pegó en el territorio insular provocando daños en el 80% de su territorio. Los estragos ocasionados por el fenómeno natural aún son visibles. No hubo víctimas, pero varias casas de la zona habitacional de Balleto quedaron destruidas, al igual que una parte del muelle de entrada.
Ricardo trabajó 11 años en el penal y uno de los logros que presume es el haber establecido un programa de protección civil que hizo a la isla resiliente ante los fenómenos naturales y que ahora con la nueva vocación que se le pretende dar, debe ser tomado en cuenta.
Conoce más: Las oscuras cifras de las cárceles mexicanas
“Aquí el principal riesgo son los huracanes y los incendios forestales. Aquí se van a necesitar muchas manos para el cuidado de la reserva, pero también es una formidable oportunidad para que los visitantes puedan ser capacitados en temas de protección civil”, señala.
En esta nueva etapa, en la que la isla pasará de manos de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Ricardo busca poder mantener una posición para capacitar a niños en temas de protección civil, sin embargo, no le ha sido posible plantearlo, pues asegura que nadie de la dependencia los ha visitado a últimos días.
Es precisamente la secretaría a cargo de Josefa González Blanco la que se encargará no solo de administrar sino de diseñar la logística para que el espacio pueda recibir a niños y adolescentes de todo el país, dice Francisco Garduño, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Reinserción Social (OADPRS).
Un plan que se gestó desde 2006
En el auditorio principal del complejo penitenciario un mural inacabado busca dejar testimonio del cambio que vivirá la isla. En la pintura incompleta y varios bocetos pegados, está la imagen de López Obrador con las manos extendidas, en el lado izquierdo los internos con sus herramientas de trabajo y en el derecho los niños.
“El presidente tomó esta decisión desde 2006 (...) decía el licenciado Andrés López Obrador cuando era candidato, que sería maravilloso, sería extraordinario que Islas Marías fueran un parque ecológico y educativo para los niños”, señala Garduño.
Te puede interesar: El trabajo dentro de las prisiones mexicanas
En una hoja pegada en la pared del auditorio, donde año con año los internos plasmaron en murales un testimonio de su trabajo en los talleres culturales, está la justificación del cuadro que irá firmado por el exinterno Xavier Colmenares.
“Considerados los ejes de la reinserción: trabajo, capacitación, educación, salud, deporte”, se lee en los apuntes que contienen la explicación de cada uno de los elementos y donde el presidente es descrito como “conciliador en la transición de las islas”.