MONTERREY, Nuevo León.— El tiroteo del 10 de enero en el Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, ha tenido consecuencias en escuelas y calles del estado vecino: Nuevo León.
Durante las tres semanas que han pasado desde la tragedia en Torreón —en la que un estudiante de primaria mató a una maestra, hirió a compañeros y después se suicidó—, las autoridades neoleonesas han registrado al menos cinco falsas alarmas por supuestos hechos similares en planteles educativos de la entidad.
Además, apenas el miércoles pasado, policías encontraron una subametralladora Uzi en la mochila de un alumno de la Escuela Secundaria Técnica 122, en el municipio de Zuazua.