ACAPULCO, Guerrero.— En un extremo se encuentra un conjunto de baños públicos. En el otro se halla uno de los 16 cauces y canales pluviales que desembocan en la bahía de Acapulco. Y en toda esta franja de arena, lo que no se ve pero sí se percibe es un fuerte olor a drenaje.
Tal es el panorama en playa Hornos, una de las cinco de este destino turístico que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló a principios de este mes como no aptas para uso recreativo. La razón: los altos niveles de bacterias fecales en el agua.
“Ha llovido mucho y todo (el desecho) baja de allá, de la parte alta (de la ciudad)”, dice Alfredo Camacho, uno de los prestadores de servicios turísticos de la zona, para explicar la intensidad del mal olor.