Espacios públicos de la Ciudad de México que fueron rehabilitados durante la administración de Miguel Ángel Mancera, hoy lucen con deterioro.
Se trata de sitios como el Barrio Chino y el Parque Guadalupe Victoria (Parque del Caballito) en el Centro Histórico; la Glorieta de Cibeles, en la Roma Norte, o el Ecoducto, en Viaducto Miguel Alemán que sufren de falta de mantenimiento.
El Barrio Chino, en el que cada año se celebra la llegada del Año Nuevo Chino, terminó su remodelación en 2018 con una inversión de 85 millones de pesos. Para atraer más visitantes sobre el principal corredor turístico en la Calle Dolores, se colocó un "paifang" o puerta china en el extremo hacia la Alameda Central así como hacia la Plaza San Juan.
Se renovó la superficie para peatones y se colocaron macetas de metal así como bancas de concreto con motivos de la caligrafía china, así como rejillas en las canaletas para conducir el agua de lluvia con un diseño temático.
Actualmente la mayoría de las macetas ya no tienen plantas y algunas incluso son usadas como botes para basura, así como algunas de las bancas de metal que se encuentran rotas o dobladas; parte del mobiliario es usado por comerciantes informales para colocar sus puestos. Las rejillas de metal para la lluvia desaparecieron por tramos, y sustituidas con piezas de plástico.
Aún en la Colonia Centro, ya en la alcaldía Venustiano Carranza, el Parque Guadalupe Victoria (conocido como Parque del Caballito) fue remodelado en 2016 como parte del proyecto para crear el Corredor de la Nación que conectara a través de la Calle Corregidora a la Cámara de Diputados con Palacio Nacional, con una inversión total de 91 millones de pesos.
En este parque ninguna de las fuentes colocadas a nivel de piso funciona pues los mecanismos desaparecieron, así como algunas de las luminarias. En el espacio se pueden ver juegos infantiles y aparatos de gimnasio al aire libre incompletos, así como bancas de cemento rotas y jardineras con grafitti.
“De aquel lado siempre está oscuro, pero aquí sí hay luz. Por ejemplo, esa luminaria que no funciona sí serviría más en la noche que no hay policías, que haya luz estaría mejor. Ahora hay policías por lo del transporte nada más pero normalmente no es que haya policías aquí vigilando las 24 horas, que sí debería pero no hay”, dice Irene, habitante de la zona, mientras señala en dirección al Pilares Candelaria.
La Glorieta de Cibeles fue remodelada en 2015 con 29.5 millones de pesos para la rehabilitación del espacio donde se encuentra la réplica de la original que fue donada por la comunidad que Madrid que residía en la capital en los 80.
Se amplió el área peatonal, se instalaron fuentes a nivel de piso alrededor de la glorieta, bancas y se instalaron jardineras, así como nuevas luminarias.
Si se acude a la Glorieta de Cibeles existe el riesgo de tropezar con uno de los agujeros que quedaron donde se encontraban los mecanismos de las fuentes, que fueron robados y ahora se encuentran cubiertos con tablas de madera o pedazos de cartón, mientras algunos comerciantes decidieron tapar con círculos de metal los espacios donde solo se acumulaba el agua y la basura.
“No había notado eso (las fuentes faltantes), lo único que noto de repente son hoyos, de hecho ayer mi perrita se cayó en uno y justo vi a otra persona también con sus perros como cerrando una coladera”, comenta Arlette, residente de la Roma Norte.
El Ecoducto es un corredor peatonal que corre paralelo a Viaducto Río de la Piedad a lo largo de 1.6 kilómetros con jardineras, fuentes, bancas con cargadores USB, más 50,000 ejemplares de plantas y flores.
Inaugurado en 2017 tras destinarle alrededor de 90 millones de pesos, el que prometía ser un espacio para combatir la contaminación en la ciudad al absorber 50 toneladas de carbono al año, ahora es un corredor donde apenas un tercio de las luminarias funcionan, la mayoría de los cargadores USB no funcionan, algunos de los sistemas de riego para plantas han dejado de funcionar y la vigilancia es escasa.
“De seguridad, es muy raro ya que haya policías, antes teníamos un policía más o menos por cada kilómetro, kilómetro y medio y estaban permanentemente, ahora ya es muy raro encontrar policías. La iluminación está por tramos porque pues la falta de mantenimiento y también los ciudadanos somos muy descuidados, maltratamos y es más, he visto personas robándose el foco”, comenta Luis Fernando Carrasco, habitante de la Roma Sur.
Roberto Remes, quien fue titular de la extinta Autoridad del Espacio Público (AEP), dependencia que estuvo a cargo de la Glorieta de Cibeles, el Parque Guadalupe Victoria y el Barrio Chino, explica que desde el final de la anterior administración se tuvieron problemas para entregar las obras realizadas a quien se haría cargo de su mantenimiento.
“Como la autoridad del Espacio Público no tenía dinero para mantenimiento –tuvo para tres proyectos pero luego se fueron a la Agencia de Gestión Urbana– muchas veces no nos querían recibir los proyectos", explica. También señala que hubo varias obras que terminaron y quisieron entregar a alcaldías o a Gobierno central, y no se las recibían.
Esta administración no le dio mantenimiento y el resultado es este deterioro.
Roberto Remes afirma que la mayoría de las obras fue entregada al Gobierno central, a la Dirección General de Obra Pública de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), pues al desaparecer la Agencia de Gestión Urbana (AGU) no había quién se responsabilizara de las mismas.
Compara el caso del Jardín de Artes Gráficas, que fue tomado por la alcaldía Cuauhtémoc y se encuentra en buenas condiciones, en contraste con el Parque Guadalupe Victoria, afectado por constantes robos a las instalaciones.
“Tienes que dedicarle de mantenimiento como el 7% de lo que costó la obra al año, después de cierta cantidad de años, unos 15, vuelves a pagar la obra. Pero si dejas que se deteriore, es que vaya a llegar la nueva administración y diga ‘voy a volver a arreglar el Barrio Chino’ cuando en realidad se podría haber evitado haciendo solo las reparaciones puntuales", comenta.
Cuando dejas pasar mucho tiempo se hace necesario volver a intervenir y eso le termina saliendo mucho más caro a la ciudad.
Ernesto Morua, especialista en políticas públicas por la UNAM y UAM, señala que en el gobierno de Sheinbaum se ha apostado por recuperar espacios fuera de la zona central de la ciudad, pero por otro lado se han descuidado espacios ya intervenidos.
“Este gobierno ha privilegiado en ciertas zonas la creación de parques, parques lineales sobre todo como es el de Vicente Guerrero o el de Gran Canal y representan un rescate en zonas que tenían cierto grado de marginación", dice.
Pero a la vez, señala que es lamentable que por ejemplo en el caso del Ecoducto, donde ya hay cuestiones de seguridad notorias, y otros espacios no son la prioridad gubernamental y tienden a decaer. "Eso no debería ser, debería haber un mantenimiento para que no resulte tan costoso a la larga volverlo a intervenir”, comenta.
El académico considera que una forma de atender los espacios públicos antes de que su deterioro sea demasiado costoso, es por medio del crowdsourcing o la recopilación colaborativa entre ciudadanía y gobierno de datos, con el fin de identificar problemas sobre el desgaste de la obra pública y su atención.
Por ejemplo utilizar el Portal de Datos Abiertos de la CDMX, donde existe información de distintos rubros como salud, seguridad y espacios públicos, a la que pueden acceder los ciudadanos, como apoyo.
“Pueden tomar estas bases que son de dominio público, que publican en el portal de Datos Abiertos, y que sirva como herramienta para que se conozcan las quejas de fallas dentro del espacio público”, recomienda Morua.
Expansión Política buscó a la Secretaría de Obras de la CDMX para conocer su postura sobre la falta de mantenimiento de estas intervenciones, a lo que respondieron que se están evaluando estos espacios para su atención próxima y son atendidos con actividades de limpia.
