Crónica | "Mi voto por Claudia es como un segundo voto para López Obrador"
Cientos de simpatizantes abarrotaron el Zócalo para apoyar a Claudia Sheinbaum, en su cierre de campaña por la Presidencia, donde prometió cuidar el legado del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lourdes Sánchez asegura que ha llegado al Zócalo por voluntad propia. No es parte de ninguno de los contingentes que avanzaron por las calles 20 de noviembre o Madero desde las 12 del día para regalar la imagen de un Primer Cuadro llenó a Claudia Sheinbaum , la candidata de Morena a la Presidencia. Pero Lourdes y su hermano, ambos mayores de 70 años y habitantes de la Ciudad de México, también llegaron temprano.
A la 1 de la tarde, los hermanos ya estaban en la plancha frente a Palacio Nacional porque tenían temor de no lograr un lugar, como les ocurrió en el evento de inicio de campaña el 1 de marzo. Y así, sin titubeos, Lourdes da la razón de su presencia: “Mi voto por Claudia es como un segundo voto para López Obrador”.
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La respuesta de los hermanos se repite de manera continúa entre los asistentes de la tercera edad: Claudia Sheinbaum representa “el segundo piso del obradorismo” y el proyecto por el que votarán es el que inició desde hace seis años el presidente y que están seguros que Claudia le dará “continuidad”. Sí, la frase con que la exjefa de Gobierno de la CDMX definió toda su campaña.
Minutos antes de las 16:00 horas, el templete se fue llenando. Subieron el diputado Gerardo Fernandez Noroña; el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco; el senador Ricardo Monreal y el excanciller, Marcelo Ebrard (todos ellos adversarios en la competencia por la candidatura presidencial de Morena). Pero también tuvieron lugar Rocío Nahle, candidata a la gubernatura de Veracruz y quien ha sido marcada por la polémica por propiedades durante la campaña.
En casa y con los suyos, Sheinbaum desfiló entre la gente durante 30 minutos. En ningún momento quitó su sonrisa, ni cuando uno de sus simpatizantes le dio un pequeño jalón para que aceptara tomarse una selfie. En su tradicional paseillo, la candidata recibió un collar de flores amarillas, firmó libros escritos por el presidente López Obrador, abrazó y saludó a sus invitados. Mientras lo hacía, su réplica en peluche, se tomaba selfies con candidatos a gobernador e integrantes de su equipo que mientras la esperaban escucharon en vivo al autor del himno de Morena, Byron Barranco.
Ni los 30 grados de temperatura ni el pronóstico de lluvia, hicieron desistir a sus cientos de simpatizantes que acudieron al llamado. En Metro o autobuses, mujeres, hombres y jóvenes llegaron a escuchar a la mujer que busca ser la nueva inquilina de Palacio Nacional.
Pase de estafeta
Para cerrar su campaña, Sheinbaum eligió el mismo sitio desde donde arrancó la competencia por la Presidencia de la República y el mismo sitio en donde López Obrador celebró su triunfo en 2018. Esta vez no hubo rumores de “jaloneos” con Clara Brugada ni la equivocación del dicho “que siga la corrupción” que tuvo al arranque de campaña.
Este miércoles, Sheinbaum tuvo una tarde sin contratiempos y como estaba planeada. Los “Ángeles Azules” la acompañaron y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aceptó mover una parte de su campamento con la demanda de un incremento salarial, aunque una cuarta parte del Zócalo aún quedó ocupada por el plantón magisterial.
Guillermo Cortés no dejó de aplaudir durante los discursos y lo hizo con más fuerza, cuando Jesusa Rodríguez comenzó a repetir la consigna “¡Presidenta!, ¡Presidenta!” para referirse a Sheinbaum. Aplaudió el minuto completo que duró la frase que se repitió como mantra. “[Claudia] es una persona preparada que se ve empeñada en seguir los pasos de la Cuarta Transformación”, dice.
“Es solamente un pase de estafeta. Obrador fue la base y Claudia Sheinbaum será la que continúe. Para mí, es como si un paso me hubiera llevado al otro”, cuenta. Para él los logros más grandes del obradorismo han sido los programas sociales y la fortaleza del peso.
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A unos pasos de Palacio Nacional, López Obrador no dejó de ser protagonista en el evento de su candidata, aquella a la quele levantó la mano en la carrera por la candidatura. Su presencia está en los discursos, en las fotos, peluches y llaveros que se venden en varios puestos que se tienden en el suelo. También los hay de Claudia Sheinbaum, pero en menor cantidad.
Jorge, uno de los vendedores que ha ocupado una de las esquinas de la calle 5 de febrero dice que ha invertido en la compra de 300 peluches con la figura del hoy mandatario y apenas 50 de la que quizá el domingo, se convierta en la próxima presidenta.
“Aquí la figura que se sigue vendiendo es la de López Obrador, es quien sigue siendo el personaje, la publicidad”, dice. La versión es confirmada por al menos otros tres comerciantes. “¡Gracias!”, el último libro del presidente, es uno de los artículos que más se venden, pero en una versión “pirata”. Su precio no rebasa los 200 pesos.
Y los gritos confirman lo dicho por los comerciantes. La bulla ha sido mucho más alta cuando en el estrado se ha gritado el nombre de López Obrador, y ha rebasado por mucho el ruido que han hecho los asistentes cuando se han pronunciado los nombres de Claudia Sheinbaum o el de Clara Brugada, la candidata a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
Lo que ha dicho Shienbaum también lo ha confirmado. En su discurso, no dudó en mencionar al hombre que en septiembre pasado le entregó el bastón de mando y delegó el liderazgo del proyecto de transformación. “El mejor presidente de la historia: Andrés Manuel López Obrador. Y desde aquí te decimos, querido presidente: ¡Es un honor estar con Obrador!”, afirmó.
Mientras Sheinbaum decía esto, un hombre vestido de Miguel Hidalgo levantaba un estandarte con la foto de personajes como Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata y Francisco I.Madero. El hombre afirmaba sin duda que López Obrador ya es uno de ellos. “¡Ya es un héroe nacional!”.
Minutos después a ese mismo hombre, Sheinbaum le prometió cuidar su legado. Aunque no lo hubiera dicho, ese fue el mensaje que envió al delinear varios de los 20 puntos que regirán su gobierno, entre ellos el ser un gobierno austero, de honestidad y defensor de los programas sociales.
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Camino de paz
Justo a cuatro días de saber si la mayoría de mexicanos decidirán que Morena gobierne o no un sexenio más el país, Sheinbaum se aleja de las críticas y confrontaciones que ha tenido con la candidata del bloque opositor, Xóchitl Gálvez y hace un ofrecimiento: caminar con paz y velar por ellos sin distingos.
“Estoy segura que, aunque muchas mexicanas y mexicanos no coinciden plenamente con nuestro proyecto o tienen preferencias por otras fuerzas políticas, todas y todos los mexicanos habremos siempre de caminar en paz y en armonía, sin discriminación”, expresó frente al Zócalo pintado de color guinda.
Y para los suyos, ofreció entregar lo mejor de sí al gobernar. “Me comprometo a entregar mi alma, mi vida y lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo de México y la dignidad de la República y de la patria. Me comprometo con ustedes a guardar el legado del presidente Andrés Manuel López Obrador”, promete la morenista.