En medio de acusaciones, señalamientos y cuestionamientos, los candidatos se dieron tiempo para hacer algunas propuestas al electorado para sumar votos, sobre todo de los que aún están indecisos.
Pero en medio de este ejercicio la pregunta recurrente es, ¿quién ganó el tercer y último debate presidencial?
Expansión consultó a algunos de sus colaboradores. Algunos se inclinaron por la candidata del partido Morena-PT y Verde, otros dijeron que la abanderada de la coalición PRI, PAN y PRD se llevó la victoria. Solo uno consideró que Álvarez Máynez fue el de mejor desempeño y otros reconocieron que no hubo alguien que saliera airoso.
Aquí te decimos lo que opinan las plumas de nuestra casa editorial.
Gisela Rubach
Experta en elecciones y Directora General de Consultores y Marketing Político.
@GiselaRubach
El tercer debate presidencial lo ganó Claudia Sheinbuam. No le quitaron una pluma a esa gallina. Le fue bien a pesar de que tuvo sus momentos en los que sí se molestó, pero nada para bajarla en intención de votos ni nada por el estilo.
La candidata Xóchitl Gálvez aclaró y clavó un dardo contra Sheinbaum y a Morena al presentar el libro de Anabel Hernández, con la cual argumentó el por qué le dice “narcocandidata”. Esa fue la bomba del debate del último debate.
Jonathán Torres
Periodista, socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing.
@jtorresescobedo
Venció la narrativa de siempre que coloca a los programas sociales como botín político. Se impuso el silencio alrededor de los mecanismos para permitir el florecimiento de la movilidad social. Se desperdició la oportunidad de ofrecer estrategias para acabar, ya, con la inseguridad y la galopante corrupción. Se olvidó la vía para colocar a México en un papel protagónico frente a los nuevos retos y amenazas a la globalización. Triunfaron las posturas polarizantes; muchos dardos sin pegar en el blanco. Se frustró el momento para acabar con el diálogo de sordos. Ganó la partidocracia. Perdimos las y los ciudadanos.
Azucena Cháidez
Directora general de SIMO.
@achaidez
En suma, pareciera claro que el debate lo ganó Claudia. Sobre todo porque logró que la narrativa de la contienda se mantenga en el mismo tono y temas que hemos escuchado. Xóchitl habría quedado en un cercano segundo lugar, donde se logra evidenciar una dolorosa realidad que no es atendida desde el gobierno. Sin duda, denunciar las ausencias y omisiones es lo que se espera de una aspirante que se presente con capacidad de hacer una diferencia. Xóchitl logró denunciar ausencias y omisiones, pero quedó a deber la contundencia de demostrar que puede hacer una diferencia.
Javier Rosiles Salas
Politólogo y consultor.
@Javier_Rosiles
Xóchitl Gálvez ganó el debate presidencial número tres por dos razones. Primera, porque Claudia Sheinbaum, en una posición de puntera en las encuestas, evadió varios cuestionamientos y pospuso su respuesta. Segunda, no propiamente por un mal desempeño de la candidata oficial, sino por un mal desempeño del gobierno federal en materia de (in)seguridad que ella insiste en defender sin por lo menos una pizca de autocrítica. Gálvez gana también la agenda de los próximos días, en el que seguro se posicionarán las acusaciones de narcogobierno, narcopartido y en contra de Mario Delgado.
Fátima Masse
Economista especializada en temas sociales.
@Fatima_Masse
Xóchitl Gálvez ganó el tercer debate. Aprovechó sus fortalezas personales, fue incisiva para atacar a Claudia Sheinbaum y fue capaz de diferenciarse en temas estratégicos como en seguridad pública. También defendió a las instituciones clave para mantener la democracia.
Al igual que en los otros dos debates, se escucharon más descalificaciones y buenos deseos que propuestas sustanciosas. En particular, Claudia Sheinbaum no solo fue soberbia e indiferente a las acusaciones en su contra, sino que también explotó datos falsos en inseguridad y en salud pública para “presumir” logros.
Jacques Coste
Internacionalista, historiador y consultor político.
@jacquescoste94
No tengo claro quién ganó el debate. Sheinbaum se mostró disciplinada y sobria, pero por eso, y por tan poco enfrentamiento con sus contrincantes, corrió el riesgo de verse gris y distante. Aun así, salió bien parada.
Álvarez Maynez estuvo mejor que en el primer debate, pero peor que en el segundo. Buscó marcar contrastes, pero no logró robar el foco.
Gálvez no aprovechó la oportunidad que le dio la marcha de la “marea rosa” para mostrar fuerza. Lanzó tantos ataques contra Sheinbaum que se diluyeron.
No tengo empacho en decir que los debates de 2024 han sido los de menor nivel. Quien sale perdiendo es la ciudadanía.