Puebla, entre la permanencia de Morena o el regreso del PAN
La mayoría de las encuestas ubican con ventaja a Alejandro Armenta, de la coalición ‘Sigamos Haciendo Historia’ conformado por Morena, Verde, PT, Fuerza por México y Nueva Alianza.
La Gubernatura de Puebla está en juego tras un sexenio atípico donde dos gobernadores en funciones fallecieron: Martha Erika Alonso y Miguel Barbosa Huerta. (Foto: Expansión Política)
Elvia Cruz
En manos de 5 millones 63,749 electores está permitir el fortalecimiento de la llamada Cuarta Transformación en Puebla con Morena o el regreso del PAN, ahora, por primera vez en una alianza con el PRI.
En la elección del próximo 2 de junio está en juego la permanencia de un gobierno morenista por un segundo periodo completo, tras un sexenio atípico donde la entidad fue gobernada por seis personas, luego del fallecimiento de dos gobernadores en funciones: Martha Erika Alonso, del PAN, y Miguel Ángel Barbosa, de Morena.
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El gobernador actual, Sergio Salomón Céspedes, fue designado con 38 votos a favor y uno en contra por diputados locales la madrugada del 15 de diciembre de 2022 como sustituto de Barbosa. Su cargo cargo se disputa entre otro morenista, Alejandro Armenta, el panista Eduardo Rivera Pérez, y Fernando Morales, de Movimiento Ciudadano.
(Foto: Expansión Política)
El politólogo Miguel Calderón Chelius, coordinador de Ciencia Política y Administración de la Universidad Iberoamericana, campus Puebla, señala que aunque hay un tercer contendiente, la batalla es únicamente entre dos.
“Que gane Eduardo Rivera depende qué tan buena campaña pueda hacer y que, Armenta cometa muchos errores. La gente hoy en día ya está más informada, ya no se cree las promesas fácilmente y al panista (Eduardo Rivera) tampoco es que cumplió con todo lo que propuso en su última campaña como alcalde (de la capital)”, destaca Chelius.
La campaña por la gubernatura inició este 31 de marzo con una ventaja a favor de Armenta, ya que la mayoría de las encuestadoras lo ubican con al menos diez puntos arriba, delantera que, según Rivera Pérez, puede alcanzar y rebasar de aquí a la votación.
Un sexenio con seis mandatarios
Los últimos seis años, Puebla se ha rolado entre una gobernadora electa en proceso constitucional, otro elegido en una votación extraordinaria, un interino que fue del PRI y dos encargados de despacho.
Martha Erika Alonso, del PAN, únicamente gobernó 10 días, pues murió junto con su esposo, también exgobernador de esta entidad (2011-2017) y entonces senador de la República, Rafael Moreno Valle, así como otras tres personas al desplomarse el helicóptero en el que viajaban el 24 de diciembre de 2018.
Le siguió Miguel Barbosa, quien coincidentemente también falleció un diciembre, pero de 2022 al complicarse su estado de salud. Él llegó al poder en agosto de 2019 tras una elección extraordinaria por la muerte de Martha Erika, a quien le disputó el triunfo en tribunales un año antes, en medio de acusaciones de un fraude en su contra.
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Reacomodo político permitió la llegada de Morena
El primer gobierno de izquierda en Puebla fue posible gracias al reacomodo político que se dio tras el fallecimiento de los Moreno Valle Alonso pues quienes quedaron en la orfandad se fueron replegando uno por uno sin ya ni siquiera disputar el gobierno interino de seis meses, previo a la elección extraordinaria.
Incluso los diputados que llegaron en 2018 gracias al grupo morenovallista, como Marcelo García Almaguer, terminaron votando a favor del priista Guillermo Pacheco Pulido, quien fue una propuesta de Barbosa, como una forma de ir asumiendo el control del estado desde enero de 2019.
Además, dejaron solo a quien en la elección extraordinaria envío el PAN como su candidato a la gubernatura, el académico Enrique Cárdenas. Ni Eduardo Rivera se asomó en ese entonces.
ratificación
Con el triunfo de Barbosa, quien ganó con una ventaja de nueve puntos, pero con una baja participación, empezó la era de Morena en Puebla, después de 70 años del PRI y siete años del PAN.
Aunque el morenista ofreció reconciliación, su gobierno se distinguió por denunciar y meter a la cárcel a una veintena de personas, entre sus propios colaboradores como secretarios de estado; un magistrado, al titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE); al principal operador político del morenovallismo, Eukid Castañón y otros colaboradores.
Además de presidentes municipales, notarios, regidores y al director de un medio de comunicación local.
La justificación que siempre dio Barbosa fue que eran unos “corruptos” o “delincuentes” y debían tener un castigo, pues él no sería cómplice de sus supuestos delitos. Versiones extraoficiales apuntan que desde la Fiscalía se abrieron 700 carpetas de investigación en ese periodo.
Mientras él gobernaba, nadie se atrevió a levantarle la voz pues hasta el exgobernador Antonio Gali Fayad (2017-2018) tuvo que exiliarse del país con su familia por advertencias de que tenía carpetas de investigación en contra.
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Con la muerte de Barbosa, trascendió que muchos políticos “hicieron fiesta” y desde entonces, poco a poco fueron regresando al estado como Gali, cuyo hijo, Antonio Gali López, hasta va en esta elección por una diputación federal por la coalición que encabeza Morena.
En sus reapariciones públicas, el exgobernador ha declarado que apoyará a todos los candidatos de Morena en este 2024, y aunque no lo ha aclarado, algunos apuntan que no regresó al PAN porque nadie lo defendió durante la época barbosista cuando casi todos los días, era acusado de presuntamente haber malversado recursos en las mañaneras de Barbosa.
Otros analistas políticos como Roberto Alonso, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Iberoamericana Puebla, así como columnistas locales apuntan que, con la llegada de Sergio Salomón, vino a pacificar el estado, pues había días en los que se registraban hasta dos detenciones de políticos, quienes a la postre acusaron “persecución”.
Desde el primer día que entró a gobernar Sergio Salomón, fueron abandonando la cárcel la mayoría de los presos de Barbosa, incluido Eukid Castañón, quien salió en octubre de 2023 después de tres años y siete meses de prisión. Logró que le revocaran una sentencia de siete años por el delito de extorsión, pero sigue enfrentando en libertad otros como operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Debido a que quien tiene el control de Acción Nacional ahora es Eduardo Rivera, el candidato a la gubernatura, grupo contrario al morenovallismo, todos los de esa época que están de vuelta, están apoyando desde la sombra o públicamente a Morena.
¿Continuidad o alternancia?
En el análisis de Calderón Chelius y Alonso, lo que pone en riesgo un posible triunfo de Morena con Armenta es el hecho de que se divida el partido por las candidaturas externas que entregaron, pues incluso la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum declaró en su visita en Puebla el 10 de marzo pasado que los fundadores no ganan encuestas y por eso no son candidatos.
“Es difícil que alcancen los dos millones de votos (que Armenta se propuso como meta). En 2018 era una ola de AMLO que se ganó y hubo participación alta, pero ante la polarización política, puede provocar que los electores cierren filas pero por el otro, también se corre el riesgo de desanimar”, señala Calderón Chelius.
Además, Alonso considera que revivir el tema Mario Marín para vincular al candidato de Morena con el viejo PRI le puede restar dependiendo cómo se atiza durante las campañas. Sin embargo, tanto ellos como encuestadoras como Enkoll,Poligrama, C&E Research, Rubrum, entre otras, ven triunfo a la llamada Cuarta Transformación en Puebla con Armenta.
“El PAN es el que tiene mayor identidad, pero con estas alianzas han perdido identidad y está en riesgo (…) La elección está de lado de Morena, y dependen más de lo que haga o deje de hacer para cambiar, como meter personajes y se rompa la unidad”, dice Calderón Chelius.
Sin embargo, aunque se prevé el triunfo de Armenta, no se cree que obtengan mayoría en posiciones como diputaciones federales y locales.
El reto del nuevo gobernador en Puebla
Quien resulte vencedor en las urnas el 2 de junio, tiene el reto de disminuir los índices de inseguridad en Puebla, pues los delitos comunes aumentaron un 99.1% entre 2018 –cuando inició el sexenio– al 2023 al pasar de 1,742 carpetas de investigación a 3,469 de un año a otro.
Los feminicidios por ejemplo, incrementaron un 9.3% al registrar 32 casos en 2028 a 35 en 2023.
(Foto: Expansión Política)
El caso de las desapariciones también ha sido una constante en Puebla, al grado que una madre buscadora, Blanca Esmeralda Gallardo, quien llevaba un año buscando a su hija Betzabé, desaparecida el 13 de enero de 2021, fue asesinada a balazos la madrugada del 4 de octubre de 2022 en la Unidad Habitacional Villa Frontera, en la ciudad de Puebla.
Cada año las cifras han aumentado y no hay un dato oficial pues según la fiscalía local, cada día también se localiza a las personas por lo que los números cambian constantemente. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador reportó el 18 de marzo de este 2024 que de las 99,729 personas desaparecidas en México, 2, 394 corresponden a Puebla.
Las disputas por el robo de gasolina pararon después que el Gobierno federal mandara a cerrar los ductos de Pemex, pero sí se registran ataques en la zona metropolitana por robo de gas LP. Incluso en octubre de 2021 se registró una explosión a causa de una toma clandestina de gas en la población de San Pablo Xochimehuacán, en la ciudad de Puebla dejando un muerto, 11 heridos y 54 casas dañadas.
El combate a la pobreza es otro reto para quien llegue a gobernar la entidad en el próximo sexenio, pues aunque según la última medición del Coneval 2022, 509,700 personas dejaron esta condición de pobreza, aún quedan 3 millones 626, 900 poblanos con alguna carencia social.
En términos numéricos, en 2020 cuando inició el gobierno de izquierda en la entidad, cuatro millones 136, 600 personas vivían con alguna carencia social al no tener acceso a los derechos de educación, salud, seguridad social, vivienda y alimentación, para 2022, la cifra disminuyó a 3 millones 626, 900.
Estos son solo algunas de las problemáticas urgentes qué atender en Puebla, una entidad que cuenta con 6 millones 583, 278 habitantes, según INEGI 2020.
