Si bien, en 2020 el gobierno de México dio a conocer la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), los avances que se han tenido son mínimos a la fecha, pues la inversión gubernamental ha sido limitada, y es que a pesar de que en este 2024, de acuerdo con información dada a conocer por el Pacto por la Primera Infancia, este sector de la población cuenta con un presupuesto total de 190,599 millones de pesos , 18,911 millones más que el ejercicio previo, México continúa siendo uno de los países que menos gasta en sus niñas y niños más pequeños, ya que tan sólo invierte el 0.6% del Producto Interno Bruto (PIB) en la primera infancia.
Además, según el estudio Education at a Glance 2022, realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México también es el país que menos invierte en educación de la primera infancia, destinando poco más de 2,800 dólares por niño o niña de este sector, mientras que Chile y España superan los 7,000 dólares, y Luxemburgo invierte casi 22,000 dólares al año.
Los pendientes para con la primera infancia en México
Actualmente, la primera infancia en México atraviesa por un panorama poco alentador y es que de acuerdo con Priscilla de Anda Núñez, directora general de Un Kilo de Ayuda, en el país el 4.1% de niños en esta etapa presentan desnutrición por bajo peso y 12.8% por baja talla, situación que recalcó, "afecta considerablemente y tiene consecuencias importantes en su desarrollo físico y cognitivo".
Agregó que a nivel nacional 5.9 millones de niños viven en pobreza, situación que también es alarmante debido a que según dijo, "se traduce en una falta de acceso a servicios básicos de salud, vacunación, alimentación adecuada y educación de calidad".
"Estos niños no cuentan con entornos seguros y estimulantes para un desarrollo pleno y esto el día de mañana, por supuesto, los coloca en una situación de desigualdad y con pocas herramientas para enfrentar el resto de su vida", apuntó.
De Anda destaca la labor de las organizaciones para apoyar a comunidades vulnerables del país, resalta que no sólo es alimentación, sino también priorizar el desarrollo neurológico y psicoafectivo de los menores.
“Los niños, y esto es un dato muy importante, durante estos primeros años de vida que van de los cero a los cinco años, desarrollan el 90% de su cerebro. Entonces, todo lo que hagamos o dejemos de hacer en esta primera etapa es fundamental para el desarrollo no nada más físico sino también cognitivo, lingüístico y socioemocional", destacó.
La directora de esta organización expresó que uno de los pendientes que deberán enfrentar la o el próximo presidente de México es buscar la integralidad en los programas sociales y las intervenciones dirigidas a la primera infancia.
Si bien para Priscilla de Anda existen ya algunos avances como la implementación de la INAPI y la Ruta Integral de Atención (RIA) para niñas y niños de cero a cinco años, que proporciona un enfoque integral desde la atención prenatal, vigilancia durante el embarazo, hasta los primeros años de escolarización, la educación preescolar y posteriormente el acceso universal a servicios básicos de salud, programas de nutrición adecuados, entornos seguros, el desarrollo de algunas competencias, entre otras cosas, los esfuerzos comentó, también se deben centrar en aumentar el presupuesto destinado a la primera infancia y así seguir la ruta de acciones que contempla la RIA.
"Si realmente nosotros hoy priorizáramos las inversiones de las intervenciones sociales enfocadas a la primera infancia, nos ahorraríamos muchísimos problemas en el futuro, como deserción escolar, problemas que tienen que ver con el crimen, drogadicción, alcoholismo en menores de edad, embarazos adolescentes...", agregó.