En febrero, por primera vez la escasez de agua desplazó a la inseguridad como la principal preocupación de los casi 10 millones de residentes de Ciudad de México.
En mayo de 2023, apenas el 13% lo consideraba como un problema a resolver, pero en febrero de este año el porcentaje saltó hasta el 41%, según una encuesta de la firma Áragon a la que Reuters tuvo acceso.
"Yo pensaba votar por Morena, pero ellos son los responsables de que ahora no tengamos agua", dijo Martín Juárez, un residente de Iztapalapa, una de las 16 delegaciones de la capital, que fue gobernada por Brugada entre 2009 y 2012 y nuevamente de 2021 hasta fines del año pasado, cuando abandonó el cargo para tentar suerte como alcaldesa de Ciudad de México.
Cada vez mayor
El creciente papel del agua –o la falta de ella– en las decisiones de los votantes es una ventana potencial hacia el futuro político de México, ya que se espera que el cambio climático traiga peores sequías al norte industrial del país y a la Ciudad de México.
El Sistema Cutzamala, integrado por tres represas y que suministra el 25% del agua que se consume en la capital y en casi la mitad del contiguo Estado de México, está en mínimos históricos del 40% de su capacidad y, de seguir decreciendo, las autoridades han advertido que cortarían el suministro a fines de junio cuando alcanzaría el volumen mínimo de operación.
La temporada de lluvias en México inicia a mediados de mayo y se extiende hasta noviembre, pero 2023 fue el año más seco y caluroso desde la década de 1940, según cifras oficiales, lo que ha impedido que la mayoría de las presas del país se recuperen.