De hecho, el llamado ‘Día Cero’, en el cual no será posible dotar de agua a los habitantes de la capital, se proyecta para el próximo 26 de junio –apenas tres semanas después de las elecciones del 2 de junio–, según estima el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM).
Esto significa que, al llegar a este punto, las autoridades deberán cortar el abasto para viviendas e industria ante la escasez, para reservar el agua disponible para servicios de emergencia y hospitales, hasta que las reservas de agua comiencen a recuperarse durante la temporada de lluvias alrededor del mes de septiembre.
Niveles críticos en el Cutzamala
El 25% del agua para la Ciudad de México depende del Sistema Cutzamala. Su capacidad de abasto responde a las lluvias, las cuales han sido cada año más escasas: durante 2023 llovió un 72% menos que en 2022, año que ya registraba una disminución del 15% en precipitaciones comparado con 2021.
En este momento el Cutzamala tiene reservas equivalentes sólo al 39.8% de su capacidad, de acuerdo con el monitoreo del Organismo de Cuenca Aguas, cuando históricamente en esta época del año solía encontrarse al 76.8%.
Esto significa que el agua ha disminuido en un 37%, de acuerdo con el reporte del OCAVM al 29 de enero.
El agua que aporta el Cutzamala a la capital ha bajado en 5,700 litros por segundo desde junio de 2022 hasta el momento, según ha reconocido el titular del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), Rafael Carmona Paredes.
La dotación desde las presas del Cutzamala ha pasado de 14,100 litros por segundo en 2021 a 8,400 litros por segundo a principios de 2024, una baja del 40% en el último año y medio.
Entre los recortes más grandes hechos al suministro proveniente del Cutzamala está el de noviembre de 2023, con 3,000 litros por segundo menos y el de enero de este año, con 800 litros por segundo menos.