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La encuesta de Morena, elemento de discordia y jaloneos internos

En septiembre, Morena revelará datos de las encuestas rumbo a la contienda de 2024. Aunque los aspirantes ya firmaron que aceptarán los resultados, el método sigue generando dudas.
jue 29 junio 2023 05:35 PM
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Las encuestas para elegir al candidato han sido un elemento de disputa interna en Morena.

El próximo frente que se abrirá en Morena será por la metodología de la encuesta que definirá a la persona que coordinará “la defensa de la Cuarta Transformación”, pues a pesar de que los aspirantes firmaron reglas generales, se mantiene la tensión por puntos que aún no están claros.

Está pendiente de definir, por ejemplo, quiénes serán los integrantes de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) y la Comisión de Encuestas (CE) que conducirá los trabajos. Pero la atención especial está centrada en el diseño del cuestionario a aplicar, la muestra, y los criterios que se aplicarán para ponderar sus resultados.

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Aunque en este proceso sí hay diferencias marcadas con las encuestas que en el pasado ha aplicado Morena, las preguntas que por ahora se prevén, y la valoración y peso en la decisión final se perfilan como elementos de posible inconformidad, pues así ya ha ocurrido en el pasado.

El caso más reciente, ocurrido en Coahuila, se suma a cuestionamientos a ese método –y algunas rupturas– que previamente ha habido en Colima, Zacatecas, Oaxaca o Durango, donde se ha descalificado el trabajo de los actuales integrantes de las dos instancias de Morena: la de encuestas y elecciones, y los criterios diferenciados que han aplicado.

En el primer caso, por ejemplo, Ricardo Mejía Berdeja pasó de aliado de la "Cuarta Transformación” a “traidor”, por no aceptar los resultados de la encuesta y contender por otro partido al Gobierno de Coahuila.

De acuerdo con él, los resultados fueron “sesgados”, se centraron en el nivel conocimiento de los contendientes –y su adversario había hecho tres campañas-, además de que los resultados no coincidieron con un sondeo independiente que él contrató, con las mismas preguntas.

Según se informó, se cuestionó a 1, 536 ciudadanos en vivienda y algunas de las preguntas fueron sobre nivel de conocimiento: “¿Conoce o ha oído hablar de…?”, y “de los siguientes aspirantes, ¿quién le gustaría que fuera candidato de Morena y aliados?”.

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Ricardo Mejía renunció a su puesto en el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador para buscar la candidatura. Al final se quedó sin nada.

Otro caso es del de la senadora, Susana Harp, quien buscó ser postulada en Oaxaca en 2021, donde hubo sondeo de Morena y tres espejo y ella cuestionó la valoración que se hizo, pues Harp salió con un bajo nivel de negativos 4.1; el 62% se pronunciaron por candidatura femenina y la competitividad del partido estaba garantizada con 50.7% de apoyo, pero se optó por su contendiente, Salomón Jara, cuyos negativos rondaban el 13%.

Mucho antes de esos casos, de los seis aspirantes hoy en competencia, el excanciller Marcelo Ebrard Casaubón y el senador con licencia Ricardo Monreal han perdido antes una postulación, a consecuencia de las encuestas.

Ebrard decidió no cuestionar el resultado y reconoció a Andrés Manuel López Obrador como ganador de la encuesta para la postulación presidencial en 2012, en que ambos eran del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y las encuestadoras fueron privadas.

En ese entonces, a fines de 2011, hubo dos encuestadoras propuestas por ambos y una que sirvió de espejo para medir preferencias.

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Se dijo en esa coyuntura que se entrevistó a 2,000 ciudadanos, pero nunca se dio a conocer la metodología. Entre las preguntas estuvieron: “¿Quién es el más conocido: Andrés Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard?”, “y ¿(de ellos) a quién preferirías como candidato de la izquierda?”; también se les midió a ambos frente a los adversarios.

El lunes 14 de noviembre de 2011, se informó que dos preguntas las ganó Ebrard, pero tres López Obrador. No se reportó cuáles y si era factible otro resultado, según el peso dado a las preguntas –lo que no se aclaró-, pues Ebrard no objetó.

En el caso de Monreal fue en 2017, cuando quedó fuera de la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, y perdió frente a Claudia Sheinbaum, ahora también aspirante presidencial.

En ese momento, hubo amago de ruptura dentro de Morena, luego de que la metodología de las encuestas aplicadas por ese partido se mantuvo en la opacidad, hasta que fueron divulgados por presión mediática, luego de que el hoy senador con licencia denunciara presuntos resultados amañados.

monreal
Monreal ha asegurado que aceptará el resultado de la encuesta rumbo a la candidatura presidencial.

Encuesta con candados

La principal diferencia con los sondeos del pasado es que esta vez será una encuesta realizada por Morena, pero con varios candados, todos novedosos, para dar confianza particular a Ebrard y Monreal, quienes por su experiencia se habían opuesto al método de encuesta o que ésta corriera a cargo de su partido.

Uno de esos blindajes es que ahora serán cuatro encuestadoras privadas las que servirán de espejo, mecanismo de control y vigilancia para evitar posibles sesgos.

De los seis contendientes sólo cinco presentaron en sobre cerrado sus propuestas de encuestadoras espejo, así que entre esas 10 se sorteará para decidir a las empresas que servirán de referencia.

Otra diferencia será que en el levantamiento de las encuestas, del 28 de agosto al 3 de septiembre será una pregunta la que tenga peso, misma que no se ha definido.

De acuerdo con Mario Delgado, presidente nacional del Morena, el valor específico de las respuestas a esa pregunta aún está por definirse, pero de manera tentativa “el peso que tendría la pregunta clave sobre quién es el bueno, esa tendrá un peso mayor, por arriba del 60% y es la que va a determinar” quien resulta ganador.

Esta no se contestará cara a cara ante el entrevistado, sino que se marcará una boleta en secreto y la depositará en una urna simulada, que permanecerá sellada.

Controles adicionales serán que habrá número de folio de todos los cuestionarios y de esas boletas, pues tendrá un talón desprendible y esa urna se abrirá en presencia de los representantes de los aspirantes y de las empresas encuestadoras que fungirán de espejo.

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El procedimiento de apertura de esa urna y el conteo de resultados seguirá un protocolo con levantamiento de acta y otras formalidades, e irán a realizar las entrevistas a los ciudadanos de la muestra un equipo de hasta ocho personas, entre quien designe la Comisión de Encuestas de Morena, el representante de una de las encuestadoras espejo, y un representante de cada uno de los seis aspirantes.

Sobre la interpretación de los resultados, se acordó que “en caso de que los resultados de los cinco levantamientos resulten discordantes, se escogerá a los tres o cuatro que coincidan entre sí”.

Pero para Ebrard Casaubón esa respuesta emitida y depositada en la urna debería ser la única a considerar, es decir no habría duda del resultado, ni margen de ponderación.

“Entonces la boleta, que es el ticket, desde mi punto de vista, debe ser el resultado”, declaró el 20 de junio en el programa EntreDichos de El Financiero Bloomberg.

Las dudas:

Morena ha reportado que sí se definirá una ponderación de las respuestas, y es ahí, y en el diseño de la muestra donde se aplicarán los cuestionarios, donde están los detalles que podrían marcar la diferencia entre resultados confiables o no.

Y es que pese a las medidas para garantizar conformidad de los seis participantes en la medición, aún hay lagunas por resolver.

Dos de ellas, la vigencia de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) y de la Comisión de Encuestas (CE), ambas corresponsables de conducir el proceso interno en curso en Morena, y que según el acuerdo firmado por las llamadas “corcholatas”, los integrantes serían renovados o ratificados en sus cargos.

De manera particular la instancia de encuestas concluye en cuestión de días, a mediados de julio, el periodo para el que fueron designados.

Los tres miembros son, desde 2020, Ivonne Cisneros, Rogelio Valdespino y Pedro Miguel. Este último un destacado militante de Morena e identificado con el ala “dura”, que promueve a Sheinbaum.

De acuerdo con Delgado Carrillo, dirigente morenista, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) está por emitir un acuerdo con la decisión de ratificación o renovación.

A consecuencia de esa indefinición, también hay otras, por ejemplo, el diseño del cuestionario, el valor a asignar a las respuestas, y la muestra a considerar, aunque de acuerdo con Delgado aún hay tiempo pues deberá estar listo poco antes del levantamiento.

mario delgado
Mario Delgado ha recibido ya los documentos de los aspirantes a la candidatura morenista.

Las preguntas:

El diseño del cuestionario no podrá ser objetado, pues de acuerdo a los lineamientos firmados por los aspirantes, la decisión de la CE será inapelable y renunciaron a impugnarlo, al igual que los resultados, a conocerse el 6 de septiembre.

Por eso, pese a que en esta ocasión se pactó que el ganador no será el más conocido y que hay candados aceptados por todos, el tipo de preguntas, el valor asignado a las respuestas y la eventual combinación que podría hacerse de ellas son decisiones subjetivas y pendientes de aclarar.

Lo único firmado en los lineamientos es que en caso de duda se tomarán los resultados que arrojen la mayoría de las encuestadoras que coincidan.

Aunque las preguntas están pendientes, la regla seis del pacto firmado por los aspirantes considera que uno de los cuestionamientos será indicar “el nombre de la persona que prefiera para representar el movimiento” y esa respuesta será la que se deposite en una urna cerrada.

Pero fue el mismo presidente López Obrador quien ya anticipó cuáles podrían ser los demás cuestionamientos, en su conferencia matutina del 9 de junio.

“Se le pregunta al ciudadano: ‘¿Conoces a fulano, mengano, zutano, perengano? Sí. ¿Qué opinión tienes de él o de ella? Buena opinión, mala, regular. ¿Está cercana al pueblo? Sí, no. ¿Es honesta o es honesto? Sí, no’. Y luego la más importante: ‘¿Te gustaría que fuese candidato? Sí, no’", mencionó el mandatario.

Aunque la Comisión de Encuestas de Morena puede decidir por sí misma el cuestionario, el peso del presidente se mantiene intacto en su partido, por lo que ese tipo de reactivos podrían ser los definitivos.

Esto porque todas las “recomendaciones” para la contienda que hizo en reunión con las “corcholatas” el 5 de junio, desde las renuncias a cargos públicos, hasta cuatro empresas espejo, las fechas para las giras y para el levantamiento del sondeo, fueron acatados por el Consejo Nacional morenista y suscritos por las “corcholatas” sin cambio alguno.

La secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, también se ha pronunciado por incluir en la medición otros aspectos como “si se considera (al personaje) cercano, honesto”, pues son factores que caracterizan a su partido y sus representantes.

Ese tipo de preguntas en su conjunto es lo que permitirá evaluar, de acuerdo con Hernández, el nivel de conocimiento y los positivos o negativos de cada uno y es una pregunta que determina. "Si el ciudadano ya nos dijo si (conoce a alguno o a varios) y sus atributos, pues ahora díganos a quién prefiere", expresa.

De acuerdo con secretaria general del partido, la modalidad podría asignar puntos a cada respuesta, “de tal manera que la suma de esos valores, es decir, quién gana cada pregunta va a sumarle un valor y quien suma el mayor número de valores, pues es quien gana la encuesta”.

Además, la también senadora, ha expresado que la encuesta será a población abierta.

Pero incluso eso no se ha establecido de forma definitiva, y en el partido marcaría la diferencia de favorito –según encuestas privadas levantadas en los últimos años- realizar entrevistas entre simpatizantes y militantes o a población abierta, o si hay sesgos y se levantan más encuestas en un estado o distrito (con más voto morenista) que en otro.

¿Qué dicen las “corcholatas”?

Solamente Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal han emitido comentarios, ya después de aceptadas las reglas. Sheinbaum, Adán Augusto López, Manuel Velasco, del Partido Verde (PVEM), y Fernández Noroña, del PT, no lo han hecho, aunque éste último también había pedido que la encuesta sólo hiciera una pregunta para eliminar criterios subjetivos.

El 11 de junio, al firmar el acuerdo para el proceso interno, Ebrard Casaubón fue optimista por considerar que todas sus condiciones iniciales se cumplieron: que los aspirantes renunciaran a sus cargos; que se prohibieran “cargadas” e incluso –consideró- que hubiera una pregunta central.

Sin embargo, no sólo será una pregunta, como él había planteado, para evitar que una interpretación o la conjugación de respuestas orientara los resultados.

Además, la muestra estará en manos y de forma inapelable, de la Comisión de Encuestas que aunque tiene casi tres años en funciones, no tiene un perfil claramente técnico, y cuyo trabajo ha sido cuestionado en el pasado reciente.

El 22 de junio, en conferencia, Ebrard pidió “la muestra de referencia para nosotros son las encuestas nacionales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)”.

Esa es -dijo Ebrard- la fuente de información más confiable que hay. Sin embargo el tamaño y estratificación de la muestra es variable, según la temática a abordar, y aún en las encuestas nacionales del INEGI hay diferencias.

Por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022 consideró un tamaño de muestra aproximado de 64,901 y al final se aplicaron cuestionarios en 65,179 viviendas a nivel nacional.

En cambio, el estudio del INEGI Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF) 2022, consideró una muestra de 2,336 viviendas.

Ebrard, quien ya designó a la senadora Malú Micher como su representante, expuso que debe definirse ya el cuestionario y la muestra.

En tanto, el senador con licencia Ricardo Monreal, quien durante más de un año insistió en que no participaría en un proceso si la encuesta la realizaba Morena, por la experiencia que vivió en 2017, ahora está dentro, sin ningún tipo de cuestionamiento ni reserva a los resultados que se arrojen.

El 19 de junio, día en que inició sus recorridos por el país, aseguró que confía en la encuesta y en los lineamientos firmados.

Pero el jueves 22 admitió que las reglas no lo favorecen. “Seguramente se van a hacer preguntas en 1,200 secciones de las 90,000 que existen”, y si no lo conocen en la mayor parte del país, y no podría hacer que lo conocieran en 70 días, difícilmente lo preferirían a él, expresó.

“Yo aún así decidí participar pensando en la unidad y no quejarme después… si yo tenía dos años luchando porque me incluyeran, me incluyen, me vería mal diciendo: ´no ahora no participo porque las condiciones ya están demasiado cargadas o porque no hay piso parejo o porque la cancha está totalmente estropeada”, comentó el legislador con licencia.

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