Durante la discusión, se desatendieron las posturas de 30 ponentes en tres días de foro de parlamento abierto. El dictamen no hizo referencia a ningún parlamento, no hubo cuadro comparativo de propuestas, ni relatoría de ellas.
La secretaria de la Comisión de Justicia, Mariana Benítez Tiburcio, de Morena, anticipó que habrá cambios, pero no dijo cuáles. “Si vamos a presentar propuestas en el pleno el día de mañana para mejorar. Y fueron propuestas que se recogieron de estas audiencias”, comentó.
La oposición sumó 11 votos de priistas y emecistas; en tanto que la bancada de Acción Nacional (PAN) se retiró antes de la votación.
Sánchez Cordero se desmarca
La ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y diputada de Morena, Olga Sánchez Cordero, votó en abstención y se deslindó de gran parte de la reforma.
La morenista, quien fue aplaudida por la oposición, argumentó en contra de cuando menos cinco cambios que fueron incluidos en el dictamen, entre ellos el limitar el interés legítimo, es decir restringir quién podrá interponer amparos, pues ahora no podrán promoverse en representación colectiva.
La exministra señaló que condicionar el interés legítimo a demostrar un beneficio cierto derivado de la anulación del acto, restringe el acceso a la justicia constitucional.
“No puede definirse de antemano como lo hace esta reforma (quien tiene interés y quien no), ya que su configuración depende esencialmente de los hechos y del derecho fundamental que se estima vulnerado”, expuso.
Explicó que eso puede definir hasta el final de un procedimiento de amparo. “Me preocupan, por ejemplo, las acciones colectivas o difusas, como son las promovidas por la comunidad LGTB, por consumidores, por pueblos y comunidades indígenas, por grupos vecinales, por defensores del medio ambiente o por trabajadores jubilados”, expuso la exjuzgadora.
Reconoció que “en algunos casos los jueces admitieron demandas de amparo utilizadas estratégicamente para entorpecer, obstaculizar políticas públicas, obras estructurales, acciones gubernamentales” y que eso resultó paralizante de la administración pública.
“Sin embargo, la reforma actual desgraciadamente lleva a la solución opuesta”, dijo. Comentó que ahora se limitará la defensa en materia fiscal y se desaparece la opción de pago al cautelar como vía de defensa del contribuyente.
Sánchez Cordero también se pronunció en contra de limitar cuándo se puede o no dictar las suspensiones dentro de un proceso de amparo. Se propone regresar a lo que se hacía antes de las reformas que elevaron los derechos humanos a nivel constitucional e introdujeron la necesidad de ponderar de interés social y orden público.
También consideró que hubo discrecionalidad excesiva y criterios contradictorios. Se opuso además a a exigir el uso de firma electrónica avanzada en todos los rincones de la República cuando existe una brecha digital y propuso un transitorio para reducir esas diferencias.