Estas modificaciones son a la Ley de Amparo, al Código Fiscal de la Federación y a la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Entre las principales críticas que se hicieron fueron al concepto de ''interés legítimo'' que se establece en la reforma, ya que los opositores señalaron que si bien hubo cambios a la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, la definición está “enredada” y sigue afectando los derechos colectivos.
“Aunque dicen que suavizaron ese artículo, no lo suavizaron, lo enredaron. Significa que ya no será posible acudir a los tribunales para defender causas colectivas, como la protección de ríos, bosques, ecosistemas; es decir, los poderosos hacer lo que se les inche la gana”, enfatizó la senadora Carolina Viggiano, del PRI.
La legisladora tricolor sostuvo que con estas modificaciones a diversas leyes se va a “restringir” la admisión del amparo, la suspensión y la ejecución de la sentencia, por lo que dijo que se deja al “pueblo desamparado” y se protegerá al Gobierno y a los “poderosos”.
La senadora Amalia García comentó que con esta reforma hay un “retroceso” en el interés legítimo e interés difuso, que, dijo, permitieron que se abriera la puerta a la defensa de derechos colectivos en temas, como libertad de expresión, a la salud, la igualdad de derechos para la comunidad LGBTTTI, los derechos de las mujeres a no ser criminalizadas para decidir sobre su maternidad.
“Hoy con esta contrarreforma se dejaría fuera derechos de colectividades, de comunidades enteres, y quedarían sin las herramientas y quedarían si las herramientas para defenderse de proyectos que contaminen ríos o arasen con sus territorios y excluiría a grupos históricamente vulnerados”, enfatizó la emecista.
El panista Francisco Ramírez Acuña explicó que la iniciativa altera los procedimientos del juicio de amparo al que pueden acudir a los ciudadanos como mecanismo de defensa ante los abusos de poder.
“No podemos avalar esta reforma que atenta contra los principios de progresividad y no regresividad, nos oponemos”, dijo.
En defensa, el senador Waldo Fernández comentó que con esta reforma se evita que el amparo se utilice con fines políticos o especulativos, por lo que “se le devuelve su esencia que es la defensa de los derechos humanos”.
También sostuvo que se termina el “abuso” en el uso del amparo en materia fiscal y financiera, pues dijo que con estas modificaciones no se podrá utilizar para retrasar y aplazar créditos fiscales ni para liberar recursos de procedencia ilícita.
La morenista Lucía Trasviña explicó que con estas reformas no se limitan derechos, sino se “cierra espacios de abuso” en los que recursos y juicios administrativos han sido empleados para obstaculizar el cobro de créditos fiscales firmes.
“El contribuyente conserva el amparo como recurso efectivo, pero el Estado recupera su capacidad de recaudar que es esencial para sostener la educación, salud y seguridad. Esta reforma se inscribe en la ruta que México ha trazado ante el mundo: la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, sostuvo.
Su compañera Martha Lucía Mcher sostuvo que con esta reforma el amparo deja de ser una protección para “poderosos” y que deben más de 60 mil millones de pesos en impuestos; ello en referencia al dueño de Grupo Salinas, el empresario Ricardo Salinas Pliego.