Las modificaciones fueron propuestas por el morenista Pedro Haces. Unificaron a todas las bancadas de legisladores, pero en el debate éstas se disputaron la paternidad de esa u otras reformas en materia laboral, así como sus alcances.
Por ejemplo, el priista Erubiel Alonso Cuen evidenció que en el dictamen original “se pretendía gravar las propinas para los meseros, para los garroteros, para los prestadores de servicio, para todo aquel compañero o compañera que ofrece sus servicios y les dejan una gratificación''.
“Fue en el pleno precisamente de la Comisión donde el grupo parlamentario del PRI por mi conducto lo dejamos en claro, que era una propuesta para recaudar más de 10, 000 millones de pesos a costa de los meseros, a costa de los prestadores de servicio y que el PRI no podía acompañar ese dictamen”, dijo.
La presión de las bancadas hizo que se modificara el dictamen, indicó.
La petista Margarita García aseguró que la propuesta “vino del Senado” y su compañero de partido Ricardo Mejía Berdeja hizo una “convocatoria fraterna al bloque de la 4T” a legislar en materia de reducción de la jornada laboral de 40 horas, tema enlatado desde hace más de dos años.
En tanto, ya en el pleno, a propuesta del diputado de Acción Nacional (PAN) Marcelo de Jesús Torres Cofiño, pero a nombre de varias bancadas, incluida Morena, se avaló una reserva que modificó el dictamen.
Aunque con la reforma se estableció que las propinas son parte del salario de los trabajadores, con la reserva propuesta por el panista –y que se aprobó-, se estableció que eso no implica que esas gratificaciones formen parte para el cálculo de la seguridad social.
Es decir, no serán contabilizadas a favor del trabajador a la hora de fijar jubilación, pensiones o prestaciones de crédito para vivienda.