“Yo fui la primera víctima de las encuestas”, expuso el senador Alejandro Armenta, al rechazar la modificación del método tradicional seguido en la bancada de Morena, que consiste en elección en urna con voto libre, secreto y directo, y con la presencia de notario público.
Además reviró a quienes, como algunos de sus contendientes, se dicen realmente de izquierda. “La visión de los puros e impuros está en el imaginario de algunos”, dijo.
Armenta es uno de los tres aspirantes al cargo, los otros son Higinio Martínez, exaspirante de Morena a coordinar al partido en el Estado de México, y ser el candidato en 2023; Gabriel García, excoordinador de los superdelegados de programas del bienestar, y José Narro, expetista y dirigente campesino.
En contraste, García propuso tres pasos para decidir por consenso y no dividir la bancada, basado en primero tratar de acordar entre los 4 a uno. “No anteponer el interés personal y entre nosotros definamos de común acuerdo a uno”, dijo.
De no lograrse planteó que no se midan fuerzas y que hagan una insaculación (o tómbola) y en seguida reformó los casos de éxito en que el sorteo eliminó disputas por cargos en diversas entidades y por lo cual “muchos de ustedes están aquí”, dijo el también exsecretario de Organización morenista.
Hay que reconocer -dijo- “que cuando se compite por el mismo puesto se pierde la amistad”.
Pero fue más allá y pidió que no se permita la votación en urnas y secreta. “¿Para qué voto secretos? A mano alzada para que definamos bien y sepamos quién está con quién y para qué”, dijo.
También Narro y Martínez Miranda tomaron la palabra y aunque la decisión se tomará mañana, quedaron de continuar por la tarde la discusión sobre el método.
El segundo cuestionó al líder de Morena, Ricardo Monreal, por la publicación de su más reciente libro y las diferencias de proyecto que ahí se contendrían, por lo que el coordinador, quien en ese momento estaba ausente del encuentro, dijo a su regreso que esa obra es parte de su libertad.
Monreal se reunió casi media hora con el canciller y también presidenciable Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, previo a que participara en la plenaria morenista y a su llegada, cuestionados ambos sobre si hay división entre ellos, respondieron al unísono, como si hubieran puesto de acuerdo: “nunca ha habido”.
