La propuesta consiste en modificar la Ley General de Salud, la Ley Federal del Trabajo, y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.
Con los cambios se establece la obligación de las autoridades de salud, del personal médico, de enfermería y todos los involucrados, de capacitarse parta brindar atención y así garantizar el trato digno, el bienestar físico, psíquico y emocional, así como los derechos humanos de las mujeres que perdieron a sus neonatos o bebés recién nacidos y de las personas que las acompañen.
Asimismo, se incluirían “permisos de duelo” a madres y padres trabajadores por la muerte fetal o perinatal de sus hijas e hijos, de por lo menos cinco días laborables, con goce de sueldo e independientemente del tiempo de servicio.
Las trabajadoras que hayan sufrido ese tipo de pérdida gozarían de un periodo de entre seis y ocho semanas de descanso posteriores al parto, lapso igual al que se da en el caso de embarazos ordinarios.
Recordó que en junio el Senado realizó un conversatorio sobre el tema y quedó en evidencia que muchas mujeres “reciben sin respeto los cuerpos de sus bebés fallecidos, en bolsas utilizadas para la basura, en sábanas con sangre”.
Además no se les proporciona información sobre cómo manejar su lactancia y, “en muchos casos, no tienen oportunidad de ver ni de despedirse de sus hijas o hijos” lo que resulta inhumano.
Por eso demandó capacitación, atención integral y evitar a los deudos el “calvario burocrático para que les sean respetados los permisos de maternidad, porque parece olvidarse que, independientemente del fatal resultado, los procesos biológicos y la bomba de cambios producidos durante la gestación han sido exactamente los mismos que en cualquier embarazo”.
Perder a una hija o un hijo durante el embarazo, el parto o luego de nacer “es una experiencia devastadora que con mucha frecuencia se suele sufrir en silencio y en la que madres y padres carecen de derechos”, estableció el coordinador morenista.