“El PT es más una fuerza simbólica que lo que representa en votos”, establece Navarrete Vela al señalar como muestra la votación alcanzada en la elección presidencial de 1994, en que tuvo candidata presidencial propia, Cecilia Soto, y alcanzó 2.7% de los votos, porcentaje que es una constante para ese partido, que sólo llegó a 4.3% en 2018.
Ideológicamente, tampoco aporta, pues aunque es una fuerza de izquierda en cuanto a sus propuestas y documentos, sus gobiernos (municipales) no hacen diferencia.
En el Legislativo, en tanto, “a pesar de que sus estatutos digan que es de izquierda radical, anti capitalista, anti imperialista, laborista, ecosocialista”, en realidad en su forma de actuar “suele ser más moderado y respalda las políticas del gobierno.
Antes fue “cooperativo” con otras administraciones y ahora con Morena también lo es, expone el especialista.
“No me preocuparía si se dice Partido del Trabajo y efectivamente defiende o no a sus trabajadores o los del país, sino si puede considerarse un partido relevante para la toma de decisiones y ese es el reto de partidos de este tamaño como el PT, el Partido Verde o Movimiento Ciudadano, porque tras años de fundación no logran captar más allá de 5 y hasta 8 % de la votación, no pasan de ser partidos minoritarios y no ganan por sí solos”, establece.
Alianzas de gobierno
En 2017, la esposa de Anaya, María Guadalupe Rodríguez, fue investigada por presunto lavado de dinero, al detectársele un depósito de 100 millones de pesos hecho por el gobierno de Nuevo León a su cuenta bancaria personal.
La hoy diputada local en Nuevo León libró las investigaciones al año siguiente, en que se retiraron los cargos tras denunciarse las presuntas presiones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al PT, en supuesta “venganza” por la alianza que éste forjaba con Morena y López Obrador para contender en 2018.